Vuelven los cuadros


 
Sabe Dios que tengo la misma gracia vistiendo que un sapo y que mi estilo es un SIN ESTILO que no hay por dónde cogerlo. Pensaba que eso se solucionaba solo con la edad, que se aprendía cuando te hacías mayor….pero que va, a mis 35 años sigo en bambas, tejanos y camiseta. Por eso miro blogs de moda, porque, que no tenga ni idea ni tampoco sea ninguna fashion, no quiere decir que no me guste, y así de paso a ver si aprendo algo. 

Se llevan los cuadros.   

Han vuelto. Es alucinante como las modas van y vienen, como los grandes de este mundo tan y tan poderoso la manejan según les interesa. Que yo me acuerde, los últimos pantalones que tuve de cuadros hace exactamente 17 años. Quizás en este intervalo de tiempo se volvieron a llevar un poco y no me acuerdo, seguramente sí porque me parecen muchos años sin vestirnos con cuadros, pero da igual año arriba-año abajo, el caso es que lo hacen con la suficiente inteligencia para que pasen dos cosas:

1.- Si tienes alguna prenda de entonces, no la puedas utilizar porque no te cabe.

2.- Si tienes alguna prenda de entonces, sea como sea, se notara no son cuadros de ahora.
 
El apartado 2 me da lo mismo porque si me gusta algo me lo pongo igual, eso me ha pasado siempre, pero el apartado 1 es más complicado porque si no te cabe…..no te cabe.  

Y justo esto último es lo que me pasa con unos pantalones de cuadros que teníamos con los que me sentía la reina del baile. Los compartíamos mi hermana y yo, como toda la ropa, siempre mirando a quien le tocaba ponérselos, casi recuerdo su tacto. Y acordándome de ellos recuerdo sin querer, que fueron los pantalones que llevaba la primera vez que un chico me llevo al cine.

En el cine de nuestro pueblo, que sigue estando igual al día de hoy, la entrada está justo enfrente del patio de butacas y cuando entras te da la sensación que todo el mundo te mira, de echo es así, pero porque no tienen otro sitio donde mirar, no por nada en especial. Estaba el cine llenísimo, eran otros tiempos. Entonces era barato y sin duda, la mejor opción para un domingo tarde (esto sigue siéndolo). No te asignaban sitio y las butacas no estaban enumeradas, era llegar y buscarse la vida.

Recuerdo que estaba muy nerviosa porque era la primera vez iba al cine con un chico, porque íbamos tarde, porque no veía butacas libres para sentarnos, porque todo el mundo te mira y temía en cualquier momento se apagaran las luces, empezara la peli y no nos hubiéramos colocado. Para entonces tenía 18 años y era bastante vergonzosa…..pero daba igual, porque en esos momentos de nervios también me sentía guapísima con mis pantalones de cuadros que me encantaban. 
 
Sonrío porque empiezo a parecerme a mi madre cuando nos decía: "pues yo tenía una camisa de flores como esa cuando tenía tu edad que llevaba puesta el día que blablablá...." Y es verdad, cómo la ropa puede transportarte a momentos que parecían olvidados y cómo gracias a ella, muchas veces consigues sentir la seguridad extra que se necesita. 
 
Como vea algunos que me gusten, me los regalo.
 
“En honor a la verdad”  fue la película que vi.

 

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