¿Qué serias?

 

¿A qué me dedicaría hoy si si los hubiera perseguido? Tengo la respuesta a esta pregunta, A BAILAR. Seria bailarina.  Lo tengo clarísimo.   

Las sensaciones que tengo cuando veo bailar no son normales. No puedo evitar emocionarme y estremecerme al ver una bonita coreografía o puestas en escena. 

Lloro cuando mi hija sale al tapiz a hacer sus ejercicios de gimnasia, que no son ni baile en realidad pero sí tiene su parte. Es tal el nivel, que lloro incluso con cualquier función infantil ¡sin que salga ninguna de mis hijas! Quien me vea esconder la lagrimilla pensara que tengo tontitis, pero no, es que me emociona muchísimo el baile. El que sea, todos me remueven (excepto el regeeton). Todos. La expresión y conjunción del movimiento del cuerpo al  ritmo de la música me transporta. Con mis preferencias evidentemente, pero todos los bailes me gustan. No hay mayor espectáculo. 

De pequeña mi hermana y yo bailábamos sin parar juntas las coreografías que veíamos en la televisión. Recuerdo unas de Xuxa Park muy divertidas. ¿Fue la Xuxa los cantajuegos de nuestra época? Quizás sí, no? El caso es que grabábamos los programas de la televisión en el video y luego los repetíamos sin cesar en el salón. Eran unas bailarinas rubias guapísimas, las recuerdo perfectamente. Aquellas niñas eran mis ídolas del momento, jajaja.

Se baila desde ni se sabe, desde la prehistoria al ritmo de la naturaleza, porque es una necesidad humana hacerlo. En rituales y celebraciones de las grandes civilizaciones siempre ha existido el movimiento del cuerpo cómo expresión. Hasta hoy, ya convertido en arte. 

Deberán existir miles de diferentes tipos de bailes catalogados o no: bailes típicos culturales, de salón, latinos, callejeros, clásicos, modernos…me pasa como con los idiomas: me gustaría saberlos todos. 

Las sevillanas, por ejemplo, alegres y divertidas, no las sé bailar, pero me encantaría aprender y hacerlo bien. El Hip hop, me flipa con todos sus movimientos corporales, qué técnicas! Los bailes de salón también me gustan y me encantaría aprender a bailarlos con Toni.    

Pero la danza moderna y contemporánea es la que más me gusta. Si volviera a nacer,  la escogería desde pequeña. Bailaría desde chiquitita y no dejaría nunca de bailar. Por eso ahora es que me gusta tanto el yoga y el pilates.  


Bailo siempre que puedo, a mi manera evidentemente. Con pasos inventados y cuando nadie me mira.  Hago lo que sé, hago lo que puedo. Copio o  me lo invento. Pongo música y me dejo llevar imaginando que formo parte de un gran musical. 
 

Bailar es VIDA, con sus millones de beneficios que cada cual encontrara: aporta libertad y creatividad, te llena de alegría, te libera el estrés, haces ejercicio, mejora tu cuerpo, ganas en fuerza y resistencia, lo pasas bien, disfrutas, te carga de energía positiva. Bailar te hace bien. Da igual como lo hagas, de forma libre o acompañada, individual o grupal, en tu casa o en una escuela… siempre te hará bien.

 Y tú, ¿bailas?  


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