El mover de la caravana

 


Hace unos años, el día que acababan nuestras vacaciones y volvíamos a casa, después de desmontar el chiringuito y enganchar caravana, al bajar por una cuestecita ya cuando cogimos velocidad y antes de entrar en plena carretera con mucho tráfico, oímos un ruido como si cayera algo al suelo: pampatapam-clonclonclon….los dos nos miramos ¿¿¿¿????? miramos por el retrovisor, todo parecía bien, no vimos nada extraño y continuemos la marcha, "habremos pisado algo" pensamos….no supimos lo que acaba de pasar hasta que lleguemos al parquing a encerrar caravana: ¡¡¡era el mando del mover!!!! 

Lloramos fuerte. Sobretodo porque mover esta caravana a peso es para eso: llorar desconsoladamente. 

El mover, como la palabra indica, es un inventazo: un motor que se instala en las caravanas y que, sincronizado con el mando a distancia, controlas el movimiento. De esta manera, es super fácil mover la caravana de un lado a otro, incluso subir pequeños bordillos.   

Tuvimos que pedir un mando nuevo, y recuerdo que tardó bastante en llegar. Cuando esto ocurrió, era el final de las vacaciones, así que tampoco nos preocupó mucho si tardaba más o menos. 

Pues ha vuelto a pasar, y esta vez nos va a salir más caro que la primera. ¿Qué somos el animal que tropieza dos veces con la misma piedra? Yes, we are. 

Este sábado saquemos la caravana para cambiarle las ruedas, y al iniciar una subida después de pasar el típico baden elevadizo de los semáforos, escuchamos de nuevo: pampamtapam-clonclonclon….y Toni y yo al tiempo gritemos como locos: 

NNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

(ahora cuando lo recordamos nos reímos, porque fué como en las películas, jajaja pero no te imaginas el disgusto)

Efectivamente. Otra vez nos habíamos dejado el mando encima del capó. Otravez, ¡¡¡otra vez!!! Y mira que a este segundo mando le pusimos una cuerdecita para poder anudarlo al cuello y que no volviera a pasar…pues ni así. Que desastre. 

A la que pudimos parar, paremos y salí corriendo a buscarlo con la esperanza de que, sin atropellarme nadie, pudiera rescatarlo entero, pero quedó en eso: esperanzas. No tuvimos esa suerte, el pobrecito quedó destrozado. Le debieron pasar por encima unos cuantos coches antes que llegara a él y quedó hecho añikos. No sobrevivió.   

La noche de antes, fuimos expresamente con el coche a mirar la ruta que íbamos a hacer con la caravana hasta el taller. Teníamos dudas si sería mejor o peor acortar por otro camino. Conducir la caravana entre las calles más estrechas es siempre motivos de nervios, y tan preocupados íbamos pensando en ello que nos olvidemos del mando de nuevo. 

Ya tenemos uno pedido, ahora estamos cruzando dedos para que llegue a tiempo para este verano, sino vamos a sufrir de lo lindo. Tenemos nuestras dudas. 

Estamos pensando en ser prevenidos y con calma pedir un tercero porque ya sabes el dicho: no hay dos sin tres. 

Llevamos una rachita de gastos automovilísticos importantes: que si ruedas, que si revisiones, que si manguitos, que si un soporte del motor…y como no teníamos suficiente, ala, tiramos el mando a los camiones, jajaja, un no parar, hay que reírse por no llorar, mientras podamos, y lo digo bajito, que sabemos que siempre pueden venir más..


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