Mi asignatura pendiente



Soy una patata con los idiomas. Envidio a todo aquel bilingüe que tiene en su currículum bien llenito este apartado, quienes conocen el inglés, el francés y hasta un tercero. A mí no me saques del castellano y el catalán porque parezco boba.   Con la falta que me hace!!

Vieja, como un trasto oxidado tirado en un chatarrero cual otro cacharro más encima de toneladas de más cacharros igual que yo. Así me siento cuando me da por “mirar ofertas” de trabajo en días en los que más que verle los dientes al lobo, le he olido el fétido aliento: 

El perfil que estamos buscando corresponde a un/a profesional con formación universitaria en Económicas, ADE, etc. Valorándose formación complementaria en master en Contabilidad/ Finanzas o MBA. Experiencia demostrable mínima de 5 años como Responsable de Departamento, preferiblemente en el sector de automoción o afín.
Experto en manejo de ERP’s como SAP (FI/CO) y Max PGI. Que sepa utilizar US GAAP. Usuario avanzado de Paquete Office. Imprescindible dominio de Inglés.

Dios Santo bendito lo que piden! No sé ni lo que significan esas abreviaciones pero de tantos requisitos, lo imprescindible es el idioma. Y no hace falta que busque nuevos horizontes. No trabajo en ninguna multinacional, no es un requisito fundamental para desarrollar mi actividad, pero a expensas que hoy en día es casi obligatorio saberlo para no tener complejo de pueblana analfabeta, de vez en cuando suena el teléfono preguntando eso de: “Do you speack english?” y es cuando me entran los nervios y las lamentaciones.   Me metería debajo de la mesa porque me avergüenza no saber contestar a una llamada. Pues mire usted, no tengo ni puñetera idea, y la poca idea que tengo me pongo tan nerviosa que me quedo en blanco o me da tanta vergüenza hablarlo  por no saber si lo hago bien que al final me quedo callada como una tonta al aparato esperando no sé bien el qué.

Mi nivel de Inglés es de EGB. Para echarse a llorar. Ay.

En septiembre del año pasado me propuse ponerle remedio a mi catetismo lingüístico internacional y me apunté a la EOI de lo más decidida.  Hice la prueba de nivel con unos nervios….más de 15 años sin ir a una aula, hacer un examen, sentarme en una silla-pupitre, sin verme en esa situación…entre mis nervios y el calor, me costó concentrarme. No era la más mayor, habíamos de todo, más jóvenes y más mayores pero me sentí insegura y perdida como nunca.

Los resultados me ponían en segundo curso (de cinco) pero no tuve la suerte de coger plaza. Iba tan animada y tan dispuesta, que cuando me busque en la web y no me vi en las listas me dio hasta rabia y la llorera esa tonta de las mías…..con las ganas que tenía!

Al poco pasó una chica de una empresa justo en mi barrio donde imparten cursos presenciales de formación a los trabajadores. Me anime y pensé que empezaría por ahí entonces. Le expliqué mis “conocimientos básicos” y me propuso dedicar el presupuesto asignado a un profesor particular donde repasar mis “conocimientos básicos” y hablarlos, simular estas situaciones al teléfono donde me entra el pánico y aprender un poquito a pronunciar cuatro cositas indispensables para empezar a comunicarme.

Pues bien, ha llegado la hora de ponerlo en práctica, de empezar esas clases....y no sé si puedo/quiero. Para matarme, lo sé, pero no doy más de mí, vivo cansada. Aquellas energías de septiembre se esfumaron con las dos (maravillosas) rallitas rosas.

Las náuseas han disminuido en un 80%, es verdad que no hay color de unos meses atrás a ahora, pero ahí van. El insomnio junto con los miedos de Carla, hacen que duerma diariamente de 4-4:30 de la madrugada hasta las 7:00, lo que viene siendo 3-4 horas y no del tirón.  Yo que en otra vida fui marmota, esto lo llevo fatal. El calor ha llegado así de un día para otro y empiezo a tener pies de hobbit, así que las horas disponibles que el horario partido y C me deja, ese ratito por la tarde que tenía previsto dedicarle a estas clases, lo necesito para mí, para cuidarme, para descansar lo que pueda y salir a caminar o acabaré con pies botijo y piernas de elefante. 

Llevo días pensándolo y creo que va a ser lo mejor porque voy a meterme en más de lo que puedo. Quizás por esta razón no me cogieron el año pasado en la EOI, por mal que me sentara en ese momento, a veces la vida tiene sus razones que solo con el tiempo conseguimos entender y este 2014 tenía otros planes para mí. 


  

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