De excursión


Cuando la semana pasada me dio el arranque que me dio, decidí cambiar el chip y quedarme con todo lo bueno que supuso la experiencia. Pues esto es lo bueno de entonces: la amistad que hicimos. La verdad es que somos un trio (tres de nuevo, jaja) de lo más curioso. Nada tenemos que ver, creo que somos diferentes en formas y contenidos, ósea en todo, pero por la razón que sea, encajemos desde el primer día.  

Este fin de semana hemos estado de excursión con estos papis y las peques. Fuimos a ver una fábrica de chocolate y unas bodegas de cava, con sus correspondientes visitas y posteriores degustaciones. Madre mía, que cosas más ricas. A las niñas les gustó más la del chocolate, está claro jaja. Fue más cortita, más audiovisual y ellas pudieron degustar, pero a nosotros nos molaron más las cavas, y no solo porque el chocolate me pone súper nerviosa y me da ansiedad con todo lo bueno que está, sino porque ver las catacumbas con esas miles y miles de  botellas mientras te explican el largo proceso que lleva un buen vino, es súper chulo. Tampoco pude prestarle al guía toda la atención que me hubiera gustado porque con niñas no se puede, bastante bien se portaron las tres, pero aun así fue muy chula la visita.  

Probé todas las variedades que sirvieron, y menos mal salimos a comer después de allí porque íbamos ya medio doblaos, jajajaja. Qué bueno está el “vi de gel” blanco, es muy dulce pero entra solo, así que nos llevamos una botellita para casa. No sé si llegara a Navidad, jaja. Pero ya sabemos dónde comprar más en el pueblo. 

Lo pasamos bien y fue un domingo distinto. Luego estuvimos comiendo en un restaurante donde tenían un espacio grande para los niños y es realmente UN PLACER tenerlos ahí distraídos, desmontando el arsenal de juguetes y jugando/peleándose los unos con los otros mientras tú desde la mesa los vigilas y puedes comer medio tranquila. Todos los de aquel restaurante éramos padres con hijos, así que todos estábamos igual, no había que preocuparse por molestar a nadie.  

A la salida un ratito de parada en cada parque que encontramos hasta el coche y de vuelta para casa. Estuvo bien, era la primera salida que organizábamos y seguro que habrá más, nos reímos y lo disfrutamos mucho todos. ¡¡Vaya tres bichillas están hechas!!!! A mí de  verdad que se me cae la baba mirándolas como disfrutan las tres juntas, y apuesto por las grandes amistades de la infancia.
 
Después de verlas y pasar el día juntos pienso: si no nos hubieran cerrado la llar, no estaríamos hoy aquí seguramente porque hasta aquel día, apenas nos conocíamos los unos a los otros. Esa es la conclusión que saco. No pretendo ir haciendo amigos por ahí con motivo de las amistades que haga mi hija, pero viéndonos ayer me doy cuenta que las cosas siempre salen bien cuando simplemente surgen y ni tan siquiera las imaginaste. Nunca lo pensé siquiera la verdad. Esa ha sido la parte positiva de esta historia.  

Eran las 6:00 de la tarde cuando volvíamos y C cayó rendida en el coche. Lleguemos a casa y en vista que tenía el sueño bien cogido, pasamos al pijama, el bibi que se tomó sin abrir los ojos y a dormir……hasta las 7,15h. de la mañana que se ha despertado. 13 horas del tirón.  

Domingo intenso, estaba molía mi niña!!! 


 

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