Mas miedos




Ha sido una semana larga, más que de costumbre. Me deprimo solo poner un pie en el suelo y tomar conciencia del día en que vivimos, ¿solo es miércoles? De verdad? Y porque tengo la sensación que toca viernes?  Cuando me sorprenderán los días de la semana a la inversa?.... Creo que no pasara jamás. Más que vivir, llevo días que arrastro la vida. Entre noches de mocos, tos y ahora desvelamientos de madrugada, es imposible.

(Y toco madera para que no me pille la epidemia de gripe que nos rodea)

El tema de los miedos infantiles como escribía el otro día, han empeorado y ahora no quiere irse a dormir sola y cuando cae rendida, se despierta de madrugada chillando completamente asustada. Eso significa meterla a dormir con nosotros y eso significada no dormir, pegar cabezadas como se pueda y levantarte que parece te han metido una paliza con tortícolis y contractura de regalo.

He leído artículos que dicen no es bueno meterla en la cama con nosotros en estos casos, y aunque nunca he sido de mucho colecho, no puedo evitarlo si se despierta llorando porque quiere estar con sus padres. Que estos niños saben hasta latín, lo sé….pero bastantes llantos hemos aguantado que no hemos podido calmar como para soportar los que sí. A mí me da mucha pena….pero claro, con ella no se duerme y ya sabemos lo que pasa cuando no se descansa, que tus zapatos pesan 18 kg,  tu cerebro se infla como un globo y la vida transcurre a cámara lenta.

Dejarla en la guardería era algo superadísimo y ahora es un show, quizás también se sume que volvemos de unas largas vacaciones en que hemos estado muy juntas y me echa de menos, C lleva toda la semana sufriendo muchísimo cada vez que nos separamos. Los momentos en la guardería ha sido rememorar los días de adaptación en los que se quedaba allí llorando y chillando “mama, mama”. Le doy un besito de despedida y me pide otro: “un petó mes fort mama” le doy otro mes fort, “no mama, mes fort” y a medida me pide besitos más fuertes, empiezan sus pucheros, su carita de angustia y sus lagrimas. Qué pena de verdad. La otra mañana salí llorando yo y no es plan....soy la adulta.

El otro dia la deje en casa de los yayos y a media mañana también le dio la penilla y empezó a llamarme y a llorar, así de repente. Luego se le pasó.  Nunca ha tenido tantísima mamitis como ahora y es por estos dichosos miedos que tiene. De hecho, en su vida ha estado ni un poquito enmadrada, las cosas como son. Ahora la veo llorar así y es que me parte el alma.  

Que lastima por favor. Son miedos normales, son parte de su crecimiento y desarrollo según parece, pero hay que tenerlos presente. Toca achucharla mucho mucho mucho para que se le pase sin darle mucha mas importancia. 

Porque luego se le pasa, en realidad te dura a ti más que a ella. Tú te vas hecha polvo a trabajar, cansada y triste de verla así y luego te confirman otras mamas que llegaron minutos después que ya estaba jugando tan feliz. Bravo! Entonces te quedas en la gloria, eso sí. 

Etapas, etapas, etapas…….sales de una y te metes en otra. 

Comentarios

Entradas populares