Igual pero diferente

El 95% de los padres tiene un hijo preferido y el 5% restante, miente”.  Es como una afirmación de esas que nadie se atreve a decir en voz alta. Como cuando huele a peo y nadie ha sido. Coño, es algo normal y alguien se lo habrá tirao ¿¿no??  jaja.

Articulo completo aquí: http://www.bebesymas.com/ser-padres/por-que-existen-los-hijos-favoritos

Después de leerlo me ha echo pensar. 

Favorito no es la palabra, no lo definiría como favorito. Para mí, cuando algo es “mi favorito” significa que lo prefiero al resto de cosas sin dudar, y eso no sería así, ese no es el concepto. (Acabo de darme cuenta que pocas cosas tengo favoritas) Pero sí existen diferencias entre los sentimientos que despiertan en ti cada uno de tus hijos. Y en función a esas diferencias, te hacen sentir de una manera o de otra, sientes diferente y tienes relaciones diferentes.

Quizás diría es más bien afinidad. Y es cierto que al principio sobretodo, te sientes mal, un poco culpable cuando notas emociones diferentes por como son. Supongo que con un tercer hijo, estas emociones y estas diferencias en las relaciones con tus hijos todavía serían mayores al sumarse una tercera personalidad. Pero hay que normalizar ese sentimiento porque no es querer más ni que sea mi favorita una respecto a la otra, es que simplemente son personas independientes, hermanas pero diferentes, no son la misma persona. A veces incluso te vuelcas más en esas diferencias porque realmente se necesitan más. Así que, "consuela" leer artículos como este y hablarlo con otras madres. Saber que es más normal de lo que te puede parecer y no eres un bicho raro por esto.

Mi amiga E. me decía un día: “¿Tengo que tener afinidad con mi madre solo porque es mi madre? No, no la tengo” Yo espero no llegar a eso jamás, desde luego dedicaré mi vida a ello, pero puedo entenderlo.

Es que si lo piensas, es totalmente lógico. ¿Acaso quieres a dos personas de la misma manera? No. Cada cual tiene su personalidad que la hace diferente al resto, con cosas mejores y cosas peores mantienes con ellas relaciones distintas, especiales y únicas. ¿Por qué ha de ser diferente con tus hijos? A mí, como a todos por lo leído en ese artículo, también me pasa.

Ninguna es mi favorita, a ninguna la quiero más que la otra por favor. Pero sí de forma diferente porque son diferentes personas, con diferente carácter, opuesta en la gran parte de cosas además. Tienen necesidades diferentes y nuestras relaciones son así también, distintas. Mi madre tiene cuatro hijos y cuando sale el dichoso tema de “Fulanito es tu favorito” siempre hace lo mismo, levanta la mano, enseña sus cuatro dedos y dice: “¿Qué dedo me corto y que no duela?”

Y así es.

Carla fue la primera, y en todo lo que viva con ella será siempre la primera. Para bien o para mal, le ha tocado ser la primogénita. Tanto la emoción de los primeros momentos como la novatada de no saber, lo vivo con ella. Recuerdo cuando me quedé embarazada de Judit pensaba era IMPOSIBLE querer igual a otra persona…cosas tontas que piensa una….y no cal que nazca para notar que en cantidad las quieres IGUALITO, ya en la barriga la amas incondicionalmente, es un amor que se multiplica y se iguala por dos de inmediato, pero sí cuando las conoces y las tratas, crece de forma distinta. De pronto aparece otra persona que nada tiene que ver con lo que conoces hasta ahora y tu relación cambia.

Judit nace con ventaja, sin duda, la experiencia es un grado del que ella se beneficia. La seguridad que sientes en tu papel de madre con la segunda, no existe con la primera, y en muchísimas ocasiones esto se nota en las relaciones también. Disfrutas más.

Aunque es cierto que al ser tan diferentes, existen momentos y situaciones que son nuevas también con Judit. Hasta ahora conocíamos solo el carácter de Carla y las maneras de funcionar con ella. Tú también descubres otras emociones cuando Judit muestra otra variante.

Carla es seria, tímida y más sensible pero a la vez menos cariñosa. Todavía hoy no se entretiene con dibujos, ella necesita movimiento, es más activa. Judit una payasa, extrovertida y muy pasota, pero con el triple de genio. En cambio, le pones Brave o Frozen y si te despistas, se la trinca entera. Son ejemplos de cómo son de distintas. Cada una tiene su encanto y ambas son el mayor regalo de mi vida.  

Como hija, lo cierto es que tampoco siento lo mismo por mi madre que por mi padre. Y a los dos les quiero (pero para nada de la misma manera). La afinidad, la confianza, las confidencias...todo lo hace distinto. Mi padre ha sido bastante despegao, poco cariñoso (ahora lo es muchísimo más que cuando eramos pequeños), ha sido demasiado  duro muchas veces y tiene un carácter muy machista que costó crear lazos emocionales afines cuando eramos pequeños. Eso no une aunque le quiera muchísimo por ser mi padre y hacerlo lo mejor que ha sabido/podido, porque siempre se desvivió por sus hijos.

Me doy cuenta que seguramente, cuando sean grandes, nuestras hijas también tendrán su “padre afín”. Tengo la impresión que Carla es más de su padre y Judit más a mí. No sé. Ya digo que son cosas más de carácter de cada uno de nosotros, los cuatro, no porque sea nadie favorita de nadie. 

Al final entiendes que no hay que tener ninguna mala conciencia por tener estos sentimientos aunque este mal visto hablarlo: las quiero muchísimo a las dos, lo que más quiero en la vida son ellas, pero de forma diferente. 

Y es normal. 

PD: no se si se he sabido explicar lo que he querido decir, yo misma he tenido mis reservas al leerme pero quería escribir sobre ello. 

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