Gateando con tacatá
¡¡Ya gatea!!
Estamos contentísimos pues Judit ya ha empezado a gatear y es una fiesta
verla moverse: ¡¡mira mama mira!! Carla y
todos emocionados. Y ahí estamos todos animándola como quien ve pasar la vuelta
ciclista por el portal de casa. Todavía no está perfeccionado el arte que sé cogen gateando, recuerdo las velocidades de Carla, pero ya se mueve, ya avanza. ¡¡Bravo hija!!
Los bebes pasan unos meses donde el “quiero y no puedo” les agobia. Por
lo menos a las mías. Quieren moverse pero no pueden y se cabrean. De genio andan bien servidas, jaja. Cuando ya se aguantan
sentados y se tiran hacia los lados, dejarles en el sofá sentaditos como hasta
ese momento, es un peligro enorme por caídas, han de ir al suelo (rodeados de
cojines) para que empiecen a fortalecer sus músculos y todo su desarrollo……y
entonces la curiosidad les puede, pero no saben moverse. No sé yo si a todos
les pasa igual o no, pero las mías se cabreaban y arrancaban a llorar.
¿Solución? He ido alternando con el Tacatá.
¡Oh dios mío, soy una mama horrible por ponerla en el tacatá! Recuerdo en un foro donde participaba con Carla donde me acuchillaron.
Es un error (por lo menos en mi caso) quien piense que se utiliza el
tacatá para enseñarle a caminar. NO.
¡Con lo sano que es gatear y/o reptar! Nadie quiere saltarse esas fases tan importantes en su desarrollo motriz y no tiene nada que ver con que
quiera que aprenda a caminar porque todavía es pequeña y no tengo ninguna prisa
porque camine. Con Carla lo hice igual y hasta los 13 meses y pico, no caminó. El
uso del tacatá más bien ha sido por
entretenimiento, para ir alternando en esos momentos en los que las niñas
se han cansado y agobiado de estar sentadas o tumbadas. Como quien la tiene en
la hamaca y la cambia al columpio, o a la trona, simplemente por variar y
durante un ratito pequeño que es muy vigilado (como todos los demás) que no se
haga daño con nada en su nueva altura y posición. Las he puesto entonces a
ratitos, donde además, se lo han pasado muy bien y la he visto de lo más contenta.
Que utilice un tacatá no significa que la voy a dejar ahí medio día, ni
tan siquiera mucho rato. Tampoco significa que voy a pasar de ella sin
vigilarla. Me incomoda que se dé por hecho estas cosas…que sí, que hay padres
para todo pero no somos tan malas las que hemos utilizado un tacatá con
nuestros hijos, también las hay quien lo han usado responsablemente y no les
hemos ocasionado ninguna lesión.
Mi opinión, aun sabiendo que existen artículos donde lo desaconsejan
completamente, incluso países donde ni los venden, es que durante un tiempo muy
cortito es un aparato que va bien. Con responsabilidad, con moderación, con
atención y cabeza. No más de 10-15 minutitos donde ella se desmelena un poquito
y experimenta como es eso de moverse del sitio. Punto. No ha tenido más función.
El uso del cacharro ha sido bien cortito además, ya digo que es realmente en un intervalo pequeño de tiempo que lo utilizas, porque ahora que gatea, ya no lo
quiere. Tonta no es, jaja. Judit la exploradora ha comenzado a moverse como un
gatito por la casa y vaya bichillo está hecha.
Se me cae la baba viéndola.
Comentarios
Publicar un comentario