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La putada de hacerse mayor, es ir tomando conciencia REAL de todo lo que no vas a vivir. Bien porque ya pasó y no pasó o bien porque aceptas que no pasará y comprendes la dificultad de que realmente algún día llegue a pasar.  

Es mi cumpleaños, tengo la regla, tengo calor y estoy triste por distintas razones.

A ello le sumo que Judit esta mala, con fiebre, diarreas y vómitos. Pobrecita mi niña. Carla está insoportable y mi paciencia al borde de la extinción. Esta noche hace su primer bivac y dormirá fuera por primera vez en su vida, exactamente en el patio del casal d’estiu que está al final de la calle. Han prohibido llevar huevo a todo el mundo y la idea no ha sido mía. Así de radicales han sido los monitores, pero según me explicó la coordinadora, tampoco es normal que con 38º de temperaturas les pongan bocadillos de tortillas como encontraron llevaban en la última excursión…(al margen de la niña alérgica digo) los huevos son delicados con las calores.

En fin, que ya tengo 37 años y me da miedo la velocidad en la que pasan los años y sobretodo, que llegue un día que sea tarde para todo.

Es mi cumpleaños pero quiero que pase ya este “día maravilloso” que hoy no siento así.  

Para qué engañar a nadie.