Pestiños de la iaia

Eso sí, antes de irnos de vacaciones santas habíamos de hacer los pestiños, y el sábado lluvioso de antes lo pasamos metidas en la cocina de la iaia entre harina y azúcar, preparando las tres este delicioso dulce típico de pascua que se come en casa desde los siglos de los siglos, amén.  

Graciosísima mi niña preparando pestiños con su pequeño delantal e imitando a la iaia con el rulo, parecía toda una experta pastelera expresando su arte con la masa, intentando copiar las formas de mi madre e inventando otras como pelotas o rosquillas.

Salieron riquísimos. Tanto, que no llegaron a semana santa y es que somos muchos comiendo. Solo quedaron los quemaíllos, que fueron los primeros que echamos a la sartén y se me quemaron a mí. Estando ya de vacaciones, mi madre tuvo que hacer unos pocos más para poder llevar el día de la mona, costumbre también de toda la vida que cada una lleve “sus pestiños”. Los rellenos de carne de membrillo de mi madre son los favoritos y triunfadores entre todos los demás, losiento por mis tias. 

Además, lo mejor es que son sin huevo, así que mi niña se relame comiendo pestiños porque todavía quedan bastantes. 

De esta segunda tanda, le lleve a una amiga que sé le gustan y otra que los probo me llamó para pedirme la receta, dice que son idénticos a los que preparaba su abuela. Hemos quedado que haremos un dia juntas pero no se como quedaran, porque el caso es que no tengo medidas y mi madre los cocina a ojo, sin apuntes:  harina, aceite, vino blanco, canela y azúcar. 

Tendrá que venir mi madre a enseñarnos y darnos clase.