Cabaret Maldito


Una le coge el gustillo pronto a los espectáculos. Hacía dos años que no íbamos a ninguno, desde el verano del 2013 que arrastré a Toni hasta el Capitol para ver a David Guapo. Me encantó debo decir. Lo vi hasta guapo de verdad, jaja. El muchacho gana en persona pero sobretodo que es simpatiquísimo.  

En navidad quise ir a ver el Mamma Mía, que se estrenó en Barcelona. Pero entre navidades, mudanzas y cervicales rotas, no fuimos. Cuando en febrero me puse a mirar entradas, lo vi carísimo. No digo que no lo valga, seguramente sí leyendo las críticas, pero en ese momento me frenó el precio.

Después del Disney On ice, me quedé con ganas de más y miré si había algo interesante en Atrápalo para nosotros, sin niñas. Entonces vi al diablo anunciando CABARET MALDITO y dije: esto vamos a ir a ver! No tenía ni idea de qué compraba, la verdad. Me gustó lo que leí y lo que vi, y me guié por ello. Pensé que tratándose de demonios y enanos, seguro que aciertaba con los gustos del informático. 

Es un circo en realidad, luego leí era el tercer y último show de una trilogía del Circo de los Horrores, de las que no he visto ninguna de sus funciones anteriores. Ahí estábamos pues para disfrutarla, en una gran carpa negra plantada en el puerto de Barcelona. Bienvenidos al infierno convertido en un alucinante y pecaminoso cabaret.


Nada más entrar en el hall, la tiniebla, el decorado y las luces rojas ambientan un poquito lo que vas a ver. Cuando ya pasas dentro, te sorprende el recibimiento de unos acomodadores de butacas vestidos al estilo sado que te señalan con una linterna donde se encuentra tu asiento.  Mientras subimos las escaleras escucho a Toni: ¡¡La ostia que guapo!!! Jajajaja y es que la ambientación es genial. Encuentras una espectacular catedral gótica sobre el escenario que representa es la entrada al infierno, donde reside el mismísimo Lucifer. Os podéis imaginar cómo es el demonio. Un tipo descarado al que adoras nada más salir en escena. 


Te sientas y mientras empieza el espectáculo, te sorprenden distintos personajes que sigilosamente salen de la catedral para pasearse y jugar con el público, amenizando ese ratito de espera. A Toni se le puso al lado una perra del infierno  "depravada" que estaba requeetebuenisima y acabó con su culo a menos de 15 cm. de su cara, Jajajaja, que risa mientras disimulas como si nada pensando: "que se vaya, que se vaya". 

Empieza y es completamente GENIAL. Te ríes hasta llorar y los números son espectaculares casi todos. Juegan muchísimo con el público, si me llegan a sacar creo que me muero de la vergüenza. Por suerte no, porque realmente has de ser poco pudoroso para no pasarlo mal. Como te sientes en las mesas de delante, y seas calvo, no te salva nadie. (avisados estáis) 

Diabólico cabaret es un lugar donde magos, equilibristas, enanos, bailarines y contorsionistas han vendido su alma al diablo por una noche más de fama, lujuria, aplausos y placer. Un lugar que invita a la anarquía de vivir libres, sin normas, sin políticos, sin pudor y sin complejos, a dar rienda suelta a tus deseos, disfrutando de la lujuria y el pecado.

Pecad malditos, pecad hasta reventar- es una orden del Señor de la Tinieblas. 

Que no se lo pierda nadie.


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