Mi Navidad
Empecemos
nochebuena con Judit mala, fiebre y bronquitis. Así que del montón de cosas que
quería haber adelantado estas navidades, no he hecho nada, pero ná de ná. Ha
sido un error tratar esta semana de vacaciones como si fuera un tiempo disponible
para hacer algo que no sea las celebraciones familiares y cuidar de mis niñas malitas. Que malo es el
invierno para los pequeños, y eso que frio frio no ha hecho (ni hace) pero
tampoco son buenos los cambios de temperatura ni que te sorprendan con abrigo
los 20º que hemos tenido.
Este
año ha sido el primero que hemos cambiado costumbres, y la nochebuena la hemos
celebrado en un restaurante. Ya sabemos que no es igual, que com a casa enlloc, pero estuvo también
muy bien. La culpa ha sido de mi hermano mayor. Tiene un restaurante que
siempre cerraba el 24 para cenar en casa con nosotros, realmente era el único
día del año en que nos sentábamos todos juntos. Pero este año decidió no
hacerlo por el montón de reservas que le hicieron, así que nos fuimos todos
para allá. Al final el salón estaba lleno de familias y estuvo realmente bien.
Puede incluso que más de lo que esperábamos.
Estas
navidades me he ido a dormir a las tantas. Dejé los relajantes musculares
nocturnos que te dan cuando te lesionas las cervicales y tengo cierto
desfarajuste en el sueño que todavía dura. Hacía años que no aguantaba hasta
las 3 de la mañana despierta viendo una película, vamos, impensable, ni viendo una peli ni de cena aguantaba tanto,
aún sin querer, me vencía el sueño y el cansancio. Pero este raro insomnio ha
hecho que me acabe la quinta temporada de Walking Dead (BUENISIMA) y vea muchas
películas: Marte y Everest como últimas novedades, y luego de televisión han
caído: Titanic, El Chico, Solo en Casa y No es tan fácil….creo que me dejo
alguna…. Puede parecer que no son tantas pero para quien desde hace 4 años no
ve casi nada de tele, es muchísimo cine.
También hemos patinado sobre hielo Carla y yo.
El año pasado me quedé con las ganas y este íbamos decididas las dos. Carla
bien, los niños aprenden rapidísimo. Todo y que ella ya va a patinaje, no es lo
mismo tampoco en el hielo que en la calle pero bien…el ridículo lo hice yo para
variar. ¡No pensaba fuera tan difícil patinar! Nunca he patinado y el año
pasado Toni me regaló unos patines ya que sabía tenía ganas aprender, pero como
me quedé embarazada de Judit no los he estrenado. Quiero ponérmelos y aprender
porque aunque no fuera capaz de soltarme de la barandilla ni un poquito, me
encantó “patinar” y lo pasamos genial. A Carla le gusta mucho y es algo que
podemos compartir juntas además. Otro
propósito más.
Hemos
tenido nuestros momentos cocinillas y estas navidades nos lanzamos con nuestro
primer roscón de reyes sin huevo. Estéticamente no quedó gracioso, ni
apetecible, parecía pan y se cometieron algunos fallos importantes, pero tengo
que decir que iba cargado de muchísima ilusión y quedo riquísimo. Todavía me
acuerdo a mi hermana decir: “mmmmm, sabe
a rosco” jajajaja. Bien, me alegro tenga sabor a lo que es, jaja. Pero me
ha quedado la espinita porque no le dí la forma adecuada y tendría que haberlo
untado con un poco de aceite de oliva o mermelada o algo que lo tostara más. Además no sabía había que poner un vaso de
agua en el horno durante su cocción, así que voy a repetirlo cualquier día de
estos ya que compré ingredientes para hacer por lo menos cuatro roscos más.
Mi roscón-rosquilla panedera |
Y nada
más, el resto como todo el mundo: comilonas, uvas, cabalgatas, regalos….Han
estado bien las navidades, puede que una de las mejores... pero eso sí, sigo siendo una pésima cocinera.
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