La Vall de Núria
Es un lugar realmente bonito, subes disfrutando del paisaje pero cuando sales del túnel y ves por primera vez el lago, te exalta su belleza. “oooooohhhh” es lo primero que vais a decir. No es solo una entrada bonita, la vall es un paraje donde la natura ofrece rutas de senderismo con vistas impresionantes y paisajes increíbles. Nosotros no hicimos ninguna caminata larga porque no íbamos preparados para ello.
La Vall de Núria dispone de estación de esquí y en semana santa todavía quedaba un poquito de nieve. Nosotros no somos esquiadores, pero alquilemos unas botas para jugar y lanzarnos por las diferentes bajadas y actividades para niños que habían organizadas: toboganes gigantes, tirolinas o tirarte en moto y trineo por las montañitas. Fue muy chulo, pasamos un rato divertido. Paseamos por las diferentes zonas y comimos unas hamburguesas buenísimas allí mismo, pues es muy turístico y tienen varios restaurantes, así como tienda típica de recuerdos. Nos llevamos chocolates y como siempre: una taza.Paseamos por la capilla y el museo donde pudimos ver fotografías antiguas y explicaba la historia del Pastor Gil, señor tallo a la Virgen patrona y que residió durante cuatro años allí solo hasta que huyó de la invasión musulmana de la época.
Nos alojamos en el Hotel Catalunya, que cuenta con acogedoras habitaciones limpias y renovadas. Fue una estancia agradable y muy cómoda en Ribes de Freser, precioso pueblito de montaña con un Rio como su nombre: Freser. Pasear por sus calles, disfrutando del sonido del agua correr es un regalo a los sentidos. Un lugar donde descansar, retomar el contacto con la paz y la tranquilidad de la naturaleza.
Toni recordaba de pequeño esta excursión con sus padres y abuelos y quiso rememorarla ahora con las niñas. Es una excursión muy bonita que si os gusta la nieve como si no, ahora llega de nuevo el frio y el invierno, podéis aprovechar para hacer.
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