Vacaciones verano 2023

 

Foto típica Km.0, pero nuestra.

Madrid en familia. Ese fue nuestro destino estrella este verano. No hace tanto que estuvimos, pero ahora al escribir sobre ello, parece que fue hace años. Una vez se acaban las vacaciones, con la vuelta al cole y al trabajo, es como que el recuerdo se escapa y lo sientes volar lejano que incluso cuesta creer que haya pasado. 

Hicimos el viaje en coche, eran las 7:45h de la mañana cuando salíamos del barrio hacia la capital. A nosotros eso de madrugar nunca se nos ha dado bien. Se nos da de pena, pero como hasta las 14.00h no nos daban la habitación, tampoco era necesario llegar antes. A mi el estrés no me sienta bien y ya tenemos suficiente con el que traemos de serie. No somos una familia con grandes dosis de paciencia comunitaria. 

El viaje genial, con estos coches tan modernos que tenemos hoy en día, los viajes en carretera son comodísimos. No dejó de sonar la playlists que tenemos para cuando vamos los cuatro y las niñas iban seleccionando las canciones, así que el estaban entretenidas. La paliza de regetton fue como metralleta. Shakira, Quevedo y todos esos. Lo que sea por tenerlas contentas. El nivel de sacrificio de unos padres no tiene techo. 

Llegamos, y todo fue fluido y rodado, como le gusta a mi querido marido. Hotel y parquing de fácil acceso, atención rápida y sin problemas, habitación amplia y bonita, conexión al centro en bus en la puerta: perfecto. 

Y como dice el Barrio: “nos fuimos pa Madrid” (bueno, ya lo estábamos). Cogimos el autobús para irnos al centro. Movernos en transporte publico por la cicudad tenia su encanto. Nosotros no estamos acostumbrados. Parece de momento un viaje ideal, pero nunca lo es del todo. El fallo: pillamos una ola de calor y teníamos 46 grados a media tarde.  ¿Esto quien lo aguanta?  Yo te lo digo: los que se tomaban sus copitas de vino en la fabulosa terraza del corte inglés como si nada, parecía habían enchegado un secador gigante con intención de aspirarte. Dios sante bendito, ¡que calor! Se aguantaba porque alternábamos paseo-tiendas-paseo-tomar algo y vuelta a empezar, pero lo suyo costó. 

Los 46º de Madrid

Nos paso una cosa que voy a recordar siempre, aunque solo lo hagamos nosotros al final.

Nos dirigíamos a la puerta del sol cuando flipemos con el termómetro y la temperatura que marcaba, entonces nos apareció un chico con una cámara buena colgada al cuello y se acreditó como periodista de El Mundo. Nos pidió permiso para fotografiarnos a los cuatro tal y como estábamos hacía unos segundos, flipando con los 46 grados.  Nos quedamos parados, sorprendidos y nuestras reacciones fueron diversas: Judit enseguida entusiasta que sí, Toni con cara de “pues no sé”, Carla ya meneaba la cabeza diciendo “que-no que-no que-no”, con esos ojos que se abren sin parpadear y hablan diciendo “ni se te ocurra mama” y yo que soy una dudosa de la vida, y una vergonzosa al tiempo que una desconfiada, dije NO GRACIAS. 

Reconozco que luego me arrepentí. Pero bueno, ya estaba hecho. ¿Te imaginas salir en un diario de tirada nacional? Nadie recordara jamás esto, pero hubiera sido una gran anécdota y un buen recuerdo. Aun así, lo fue. Solo por lo que nos reímos y lo gracioso que nos pareció la preposición. 

Vimos por fin el musical de El Rey León. En la última fila casi, pero lo vimos. Me hacia una ilusión tremenda pues le tenía muchas ganas. Como no nos decidimos hasta el último día, solo quedaban las entradas que quedaban: en la azotea. Nuestras butacas estaban repartidas dos delante y dos detrás. Al rato de sentarnos llegó una familia también dividida, los padres al lado nuestro y las niñas delante. Al ver la coincidencia numérica, les propusimos el cambio y las niñas pasaron al lado nuestro y ellos bajaron una fila al lado de las suyas. 

Mis vistas Rey León


Cierto es que en platea no las hubiera pagado porque son carísimas, pero algo más intermedio sí y lo hubiéramos disfrutado mucho más. Arriba del todo se ve bastante pequeñito y disfrutas a medias. ¿Y vale la pena hacerlo? Al salir las impresiones fueron distintas: Toni comentaba que estaba sobrevalorado, que era muchísimo dinero para lo que es. Carla ni fu ni fa. Judit y yo salimos encantadas. Nosotras sí somos de teatro y nos emocionamos con todo lo que supone las interpretaciones, música y espectáculo en directo. Toni y Carla son más de cine, de efectos especiales, y no les impresionó tanto. Opiniones para todos los gustos.   

También estuvimos en La Warner, y todos ellos coincidieron que el espectáculo de Loca Academia de Policía les gustó más que el Rey León, jaja. Y aunque son cosas distintas que no se pueden comparar, admito es chulísimo. Lo disfrutamos muchísimo porque no había mucha influencia de gente y las esperas eran mínimas. Nosotros somos unos cagaos pero las niñas enloquecieron subiendo a las montañas rusas. Además, para Judit era la primera vez lo hacía en las grandes porque aquí en Port Aventura no llegaba por altura. 

Espectáculo Loca Academia de Policía

En la de Superman debieron subir como 10 veces. Ya las conocían los chicos de la entrada, incluso les llegaron a decir: “hay más atracciones eh” jajajaja. Ya, pero es que a ellas les gustó esa y no se cansaban de subir a la misma todo el rato. Toni y yo decidimos esperarlas en la cafetería de al lado. 

Es un parque pequeñito, y al no haber mucha gente en un día lo ves bien. Nosotros en principio, íbamos a coger el pack de un día en el Beach y otro en el de Atracciones, pero al final las niñas pidieron los dos en el de atracciones. Creo que hubiera sido mejor la primera opción, sobre todo porque no es un parque grande y porque hizo mucho calor esos días.

La Warner
 

Con lo poco que me gusta mojarme, que no soporto la sensación de la ropa mojada pegada al cuerpo, era la primera en empaparme en aquellos chorros de agua que por todos lados ibas encontrando, completamente necesario ir chorreando para aguantar los 45 grados. Aún los calores, disfrutamos mucho. Nos gustó el ambiente, los espectáculos y la temática de los dibujos de nuestra época (los mejores). A la única atracción que nos subimos fue al corre caminos.   

La vuelta la hicimos contentos porque lo habíamos pasado muy bien. Es guay irse, pero lo mejor es volver. Los caminos de regreso se sienten siempre más rápidos, aun así llevaba el ansía por llegar, porque nos esperaba Fibi, a quien me moría de ganas de ver.

Nos ha gustado Madrid, y parece ser que vamos a volver antes de lo que nos hubieramos imaginado. 

 


Comentarios

Entradas populares