Ultimo cumpleaños de un solo número

 


Noveno cumpleaños 


“Último cumpleaños de un solo número”. Recuerdo pensarlo cuando los cumplí yo hace unos cuantos años ya, y este pasado 1 de Octubre lo pensé por ella: por mi pequeña.  Su novena vuelta al sol ha caído en domingo y se convierte en un día más aprovechable cuando cae en fin de semana y lo puedes disfrutar de principio a fin.

 Para este cumpleaños, Judit solo pidió una cosa: una fiesta de pijamas con sus amigas y amigos (tuvimos que hacer algo de selección). Tenía muchísimas ganas porque invitaba a amigas que cuentan con un especial cariño y que no veía desde el Casal d’Estiu. Fueron invitaciones “vip” por decirlo de algún modo, preferentes. La idea principal era hacer fiesta de sábado al mismo domingo y disfrutar de su cumple al despertar, pero como no pudieron venir, trasladamos la pijamada a la semana siguiente para que estuvieran expresamente.

 Así este año tuvimos dos celebraciones: la familiar, celebrada en su día y la de amigas, celebrada al viernes siguiente. Ambas tan fantásticas como distintas.

 El cumpleaños familiar lo celebramos en casa de mi hermano porque se preveían altas temperaturas. Hizo un día espectacular y disfrutaron al máximo de lo que ha sido el último baño en la piscina. Podemos decir que celebramos también la despedida del verano. Judit fue feliz, y todos con ella. Estos momentos familiares con todos los primos son los mejores. Disfrutamos de un cumpleaños veraniego en Octubre, con piscina, sol y juegos. Con lo que le gusta el agua a mi sirenita, fue realmente un regalazo disfrutar así. Por la noche fuimos a cenar con los primos en el Burguer King para finalizar el día. Poco más se puede pedir.

La fiesta de pijamas fue el viernes 06 de octubre y bastante más laboriosa para mí, pero para ella fue completamente mágica. La esperó impaciente, deseando reencontrarse con sus invitados, recibiéndoles feliz y contenta, contagiando su luz y alegría por venir a su fiesta. Jugaron, bailaron, se disfrazaron, tuvimos noche de pizzas y cine, durmieron todas y todos tirados en colchones y tampoco faltó la guerra de cojines. La única pena fue que llegó a su final y pasó demasiado deprisa.

La entendí tanto…me dio penita y lloré con ella porque al marcharse todos y volver a la normalidad, sintió por primera vez (creo) un sentimiento real y puro de nostalgia. Ese vacío “existencial” que te queda tras el paso de un gran acontecimiento, esperado y ya pasado, el cual has disfrutado muchísimo, pero sientes que se ha escurrido en un momento.

La casa después de un fiestón así se queda hecha un desastre. Estaba yo haciendo limpieza cuando llegó Judit y me dijo “mama, hagamos algo juntas”. Dejé la faena inmediatamente. Estuvimos pintando unas mándalas de Halloween y hablando precisamente sobre esta sensación que experimentaba. Lo comprendió y entendió lo que sentía. Al día siguiente ya se le pasó esa “penita” y volvió a recordar todo lo bueno vivido. Todavía hoy lo recuerda, no se le olvida.

Siempre lo digo, Judit tiene una grandeza humana difícil de explicar. Trae de serie una sensibilidad excepcional relacionada con las emociones. Posee una enorme capacidad de percepción relacionada con los sentimientos propios y ajenos. Esa calidad es innata. Tiene un corazón puro, noble y amable. Es la primera en acudir ante situaciones injustas, en ayudar a quien sea si le ve mal, en saber distinguir, en notar unos ojos alegres o tristes, en reconocer los momentos delicados. Y disfruta sintiendo. Las emociones es un campo donde ella se siente feliz y a gusto. Viviéndolas intensamente.

También tiene genio, cuidao. Porque ser tan intensa emocionalmente, también la convierte en alguien con reacciones a veces demasiado viscerales. Judit sigue siendo una niña que quiere dedicar su tiempo únicamente a jugar, bailar, y a DISFRUTAR. 

Hay niñas de su edad, y las tengo alrededor, tienen afán de sentirse mayores. A ella eso de hacerse grande no le convence. Tener responsabilidades no le interesa en absoluto y tiene una enorme capacidad de olvidarlas por completo como si nunca hubieran existido. ¿Deberes? ¿recoger habitación? ¿Cómo? Insistirle en sus tareas, y sus obligaciones en casa etc, conduce a pelea asegurada. Estamos trabajando en ello, porque 9 años ya son 9 años. Trabajito esta costando.   

Pensándolo bien, Judit siempre ha sido una genia loca. Pero cómo es tan y tan graciosa la muy puñetera, se le ha consentido más. Con ese arte, es que te tenías que reír. Claro, así hemos llegado al choque actual donde ella “quiere seguir igual”, pero como madre sabes que “con nueve años, no se puede”. 

Creo en ella por encima de todo, sé que muchas veces es mi impaciencia y mi cansancio el que enciende la mecha en nuestras discusiones. Judit necesita otro ritmo, más paciencia, hay que añadir calma porque nunca contesta a la primera, ni tiene predisposición a hacerlo. Hay que saber esperar un poco más para bajarla de su mundo fantástico y reconducirla al planeta tierra. 

Todo aquello que me enamora de ella: sus juegos, sus momentos, sus impros, sus inventos…la convierte en quien es, con su propia personalidad. No quiero que lo pierda para ser “normal” ¿Y qué es lo normal? Nadie lo es, y eso es lo divertido en nuestra especie. Me quedo con ella porque es perfecta tal cual. 

Feliz noveno año mi preciosa Judit, que todas esas vidas y aventuras que eres capaz de imaginar te impulsen a trabajar siempre por tus propios sueños y consigas convertirlos en realidad.  

Siempre voy a estar ayudándote en todo lo que este en mi mano, nunca te voy a fallar. 

 

P.D: En estos días ha sacado su nota más alta en un control, un 8’8. Estas muy feliz y yo más. Mola mucho verte motivada, y empiezas a darle importancia al esfuerzo para obtener los buenos resultados. ¡Continua así!  

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