Amores del 2020

Nunca es tarde para hablar de amor, así que, aunque estemos a punto de entrar en primavera, voy a hablar de mis amores del año pasado. Ahí voy:

 

Mis hermanos.

No es que sean un amor de este 2020, lo son de toda la vida. Pero como pasa en todas las relaciones, hay rachas que compartes más y rachas que te ves menos. Este año pasado, como que el circulo se ha cerrado al tamaño de una mongeta, que ni es circulo ni es ná, mi familia ha sido mi “básico” al que no he querido renunciar. Los ratos que he pasado con ellos he sido muy feliz. Me han reconfortado como una niña pequeña, al tiempo que nuestras niñas pequeñas han disfrutado como locas de los primos y por supuesto no menos importante, la super piscina del tito que tan buenos ratos nos ha dado. 

Mis hermanos, ambos, han pasado por momentos muy peculiares años atrás en los que sus vidas no han estado ligadas a la mía. Por distintas causas: bien por sus situaciones de trabajo, o por familiares y aficiones, los fines de semana cada uno teníamos unas vidas demasiado distintas. Los dos han luchado muchísimo por la estabilidad tanto familiar como laboral que ahora tienen, y verlos así de bien y de tranquilos, compartir con ellos el tiempo que hasta hace poco no teníamos, ha sido un regalo. Lo he disfrutado muchísimo. 

Ahora, con tanta ola, llevamos unos meses que no nos vemos, que volvemos a estar cada uno en su casa y nos ceñimos a cuatro conversaciones telefónicas o por watsap. Espero pronto podamos retomar las reuniones, las barbacoas y calçotadas de domingo.

 

This is us

 
Seguimos con otra familia, ficticia en este caso. Esta serie ha sido un absoluto fechazo  directo al corazón. Desear que llegue la noche para ver unos capítulos más. Esta serie ha sido como comerte una caña de chocolate cuando sales de nadar o después de un día entero de playa, con el hambre que dá.  

Relata la vida de una familia: Los Pearson. Simplemente es eso: las relaciones entre ellos, entre el matrimonio, los hermanos, las parejas…con sus virtudes y defectos,  sus traumas y secretos, sus dependencias emocionales, sus deseos....vas a encariñarte con todos los personajes, te lo prometo. No sabría escoger al favorito, todos lo son (aunque siento muchísima simpatía por Beth, la mujer de Randall).

La dinámica de la serie es mostrarte sus vidas en distintos tiempos, juegan con él en realidad: con el tiempo. Saltan constantemente en los años para que vivas con ellos todas sus experiencias vitales, vas de unas edades a otras sin cesar, acompañándolos en todos los momentos: de bebes, de niños, adolescentes y en una actualidad ya de mayores para desmigar así cada una de las tramas que les afectan. Puede parecer una serie "más de lo mismo" pero es distinta, su esencia es diferente al resto, o por lo menos a las que yo he visto. 

No consiste en saber "qué" va a pasar (que también) sino que te sorprenden por el "cómo" pasa. Es un lento paseo de largo recorrido por el que disfrutar. Tú ya sabes qué ha ocurrido, los acontecimientos ya los conoces. Desde el principio sabes que ha muerto el padre, y aunque no dejan de sorprenderte en muchos momentos, las intrigas son siempre ¿Cómo pasó? ¿Por qué ocurrió? ¿Por qué es así? 

Está catalogada como un drama pero no es triste. De verdad que no. Es sentimental, es profunda. Si te gusta el mundo de los sentimientos familiares, creo que te va a encantar. Tiene sus episodios felices y los más desgraciados, como realmente es la vida. Con sus lazos recónditos y los conflictos típicos que existen, pero contados con un cuidado y una magia que las convierte en vivencias emocionantes. Al final, las más sencillas experiencias del día a día bien tratadas son los momentos más excepcionales. Y hasta que no te haces mayor no lo valoras. Te gustará. 

Este momento
Como madre que no siempre he sido y como niña que en el fondo siempre somos, esta serie me ha enseñado cosas que tenía olvidadas sobre la infancia. La grandeza de los recuerdos y las raíces. También, por ejemplo, nos muestra la importancia de esas costumbres familiares que se crean de forma casi accidental, sin ser planeadas, y que son tan increíblemente  perfectas en nuestras vidas.  

Creo que es una serie que está hecha con muchísimo amor. Sin ser un pastel, es muy bonita. En mi opinión,  claro.

 

Imagine Dragons

 


Pues poco puedo decir sobre este amor, que por lo que nos dá, y a mí me ha dado por ellos hasta ser mi tono favorito para recibir llamadas a mi móvil. “Its time” es la elegida. Me encanta la música que hacen porque me llenan de energía. 

Sé que no es un grupo de actualidad que hay nacido ahora, de hecho, ya han triunfado e incluso se han separado (o dado un tiempo) pero yo los he descubierto bien bien, en este 2020.  Y ha sido una pena, la verdad, porque me hubiera gustado muchísimo poder verlos en concierto. Eso que hacíamos antes de la pandemia y que no se repetirá hasta 2035. 

Bueno, tienen tiempo para pensárselo entonces….

 

Mi forera favorita

 


Se llama Carol, llegó hace casi 11 años a mi vida y lo hizo para quedarse, espero que para siempre. No puedo estar más agradecida por su amistad. Ambas hemos comentado muchísimo la química que hubo entre nosotras desde el primer día hasta cuando éramos dos desconocidas que compartían comentarios en un foro nupcial. Incluso ahí, la química se nota ¿Cómo puede ser? Siempre ha sido especial. 

Ambas nos enamoramos del mismo vestido de novia, pero yo no lo pude pagar: el Romina de Rosa Clará. Precioso. Sentía más afinidad con sus opiniones y gustos, había una conexión distinta y siempre me hacía más gracia leerla a ella que a otras. Continuó siendo así cuando nos conocimos personalmente, y con los años hemos afianzado ese sentimiento.   

Al día de hoy, es con la persona que más comparto. Creo que, además, en este 2020 que hemos necesitado hablar tanto (aunque ya hablábamos mucho antes) hemos estrechado más nuestra confianza, ha sido mi paño de lágrimas cuando he necesitado desahogarme. Ahora mismo sin ir más lejos, y móvil en mano, he soltado 18 minutos de audio sin respirar. Hay podcasts más cortos en la red, y es que son muchos temas los que tocamos. No porque un audio sea más largo es más importante, nooooo. De cualquier tontería sale un capítulo de Netflix, os lo aseguro. Se tiene que nacer así y ahí estamos. Hay personas que no aguantas un mini audio de 2 minutos y otras que ni con 20 te cansas. Este es el caso, tal cual. 

Nos reímos mucho con “nuestras tonterías” donde cabe de todo: desde la máxima preocupación por los hijos, hasta el chisme que no puedes compartir con nadie, hablamos de política, de noticas serias o de asuntos cotidianos. Yo sin mi Antonia a estas alturas de mi vida no sé qué haría, la verdad…. 

Creo que nos echamos mano la una a la otra en todas nuestras versiones y ahí estamos, a pico y pala. No puedo estar más agradecida. La quiero muchísimo. 

Prometo un día escribir sobre mis foreras en general porque creo que no lo he hecho todavía y se lo merecen. Lo haré.


Mi casa



#joemquedoacasa #totaniràbé así que, por narices, estar en casa ha sido otro gran obligado amor.

Desde hace más de cuatro años que nos mudamos, no ha pasado ni un día en que Toni y yo dejemos de agradecer a la vida, la gran oportunidad que tuvimos de poder dejar el mini piso para vivir aquí.

Llegó la pandemia y el confinamiento a nuestras vidas cuando ese agradecimiento se ha multiplicado por infinito. Conscientes de lo que hubiera sido estar encerrados en la situación anterior, y lo que muchas familias han vivido, mi casa es sin duda de nuevo nuestro gran amor. 

Además, hacía un año que habíamos invertido en máquinas de deporte. Ambos estábamos apuntados a un gimnasio al que solo íbamos un par de veces por semana y al que no le sacábamos el máximo de partido a todo lo que pagábamos porque ni llegábamos a las clases, ni tampoco disponíamos de tiempo para la piscina de las instalaciones. Es difícil conciliar la vida laboral y familiar con una rutina deportiva fuera de casa. 

Así que en 2019 decidimos borrarnos y comprar un par de máquinas para poner en el garaje de casa y aprovechando más el espacio, que nos permitieran hacer ejercicio cuando pudiéramos. En dos años, por la misma cuota del gimnasio, habríamos acabado de pagar las máquinas y serían nuestras. Sabíamos que no iba a ser lo mismo que el gimnasio…pero sin saber lo que venía, ha resultado ser mucho mejor. 

 

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