Abril Bonito


Cuando dejas un poquito descuidado el diario, cada vez se hace más difícil retomarlo, y esto me pasa muchísimo. Así que lo mejor es empezar y vemos que sale, porque después de un primer trimestre cargado de dolencias y de sucesos domésticos adversos, no todo han sido malos momentos.

No sabía que contar porque no me suele pasar nada emocionante, mi vida es tan normal como cíclica, y con hijas más. Puede tener sus momentos de agobio el hecho de que sea todo tan mecánico, y hay días que te gustaría gritar por ello, pero la rutina es maravillosa en muchos casos. Solo hay que aprovechar los pequeños detalles y  esos grandes días, porque cuando te sales de ella, sueles echarla de menos.  Las cosas de la vida. Por eso que cada año se repiten las mismas celebraciones pero también son diferentes unas a las otras.

Llegó la semana santa y la pasamos en la playa, en el camping que más nos gusta: El Montroig. A decir verdad, le tenía ganas a otro de montaña del que me han hablado muy bien y lo tengo pendiente desde hace tiempo para “entretiempo”, pero al final ganó la playa. Esta vez fue una salida con mis amigas, también campistas, y fueron unos días muy agradables y divertidos. Estuvieron fenomenales. Somos un poco raritos Toni y yo, tenemos nuestro punto de antisociales, por ello preferimos irnos solos, porque no nos apetece estar pendientes de nadie, y otras veces como en esta ocasión, te apetece más salir acompañada y te apuntas con ilusión a la escapada.  Organicemos una buena colla y nos juntemos unas cuantas familias. Unas en bungalow  y otras que estrenaban su caravana iniciandose en este mundillo. La tropa de niños también tuvieron muy buena conexión, los que se conocían y los que no.

Aún el mal tiempo que tuvimos: lluvia y un vientazo que nos llegó a asustar, lo disfrutamos todo muchísimo, estuvo genial. Da gusto cuando puedes compartir unas vacaciones así con gente tan maja y vuelves a casa con esa placentera sensación de descanso y ratos buenos. 



En abril también tuvimos en casa a la mascota de la clase de Judit. Hay que ver la ilusión que les hace! El muñequito que “trae más mierda que la kiska” jaja (no sé quien será la kiska pero esta frase es de mi madre) va de casa en casa, de parque a parque, de suelo a suelo y ninguna lo lavamos evidentemente. A estas alturas de colegio, te miras al muñeco medio mugriento cuando la niña lo abraza con esa intensidad y solo ves gérmenes en potencia jaja. Yo tampoco me atreví a lavarlo por miedo a que lo descoloriera o algo, que tengo un don para eso excepcional. No hay trapo que se me resista. Pero bueno, pasemos una semana entretenida haciendo fotos y luego pintando en el álbum que trae. Dejo fotito del dibujo que Judit hizo y luego nosotros le dimos color. Detrás iban las fotos y demás explicaciones de como había sido la semanita. 


Esta fué su aportación al album

A finales de abril, volvimos a ingresar a Carla para continuar con su provocación al huevo. El año pasado, toleró dos trocitos muy pequeños de clara. El que hizo tres, le hizo reacción. Esta vez, se ha comido la clara de medio huevo cocido sin problemas. Por lo que añadimos la clara cocida a su alimentación e incorporamos los rebozados. Ilusión máxima, una felicidad indescriptible.



Aun así, todavía no le he dado rebozados. Cada año me pasa lo mismo al principio, que no veo el momento de empezar, siempre existe ese miedo a cómo puede responder. 

De este mes no pasa que hagamos unas pechugas rebozadas en casa. 

¡¡¡Poc a poc ho aconseguiràs petitona!!! 

Comentarios

Entradas populares