La del lampista incompetente
Llevamos una temporadita que ni con ánimos
de escribir estaba. Ahora entenderéis el por qué.
En noviembre se rompió la caldera.
Vino el lampista y nos dijo que estaba muy deteriorada, con más de 10 años y
falta de mantenimiento, etc. Que había que cambiarla. Como solo llevamos dos
años viviendo en esta casa y anteriormente han pasado otras familias por ella,
la verdad es que nos pareció razonable hacerlo. Tampoco tienes muchas más
opciones y además, es que visto lo visto, no nos extrañaba tampoco, ya que al
ser una casa por donde ha pasado gente de alquiler, no se han cuidado mucho las
cosas.
Fuimos a la tienda y la compramos
financiamos. Era un martes, “nos es imposible
venir hasta el sábado, pero os doy mi palabra que el sábado a las 8 de la
mañana están los instaladores allí”….bueno, aceptemos que tendríamos que
esperar unos días pero que el sábado tendríamos calefacción y agua caliente. Llegó
el sábado y hasta madrugamos para estar listos y desayunados a las 8 de la
mañana. Pasaron las 8, las 9, las 10…y allí seguíamos, en bata, esperando al
lampista y nuestra caldera. Ni venía ni llamaba nadie. Llame por teléfono a la
tienda y salta el contestador: están cerrados. Entré en cólera y aquello ya fue
un aviso de todo lo que vendría después.
Llamé al teléfono que tenía, era
Endesa y me oyeron. Los de Endesa no sé cómo lo hicieron, que dieron con los de
la tienda cerrada y hablaron con los técnicos. Finalmente se pusieron en
contacto conmigo y me aseguraron que a las 14:00h vendrían. Así fue que por
fin, llegó el lampista incompetente (eso lo descubriríamos después) a poner la
caldera. “Me ha llamado la Sr. (jefa) en persona que sobretodo viniera hoy” “¿¿perdona??
¿¿No era eso lo acordado??” Pero mira, no quise pelear más. Ya estaba instalándola
que era lo importante.
A los días pasó el técnico de Roca
para firmar la garantía. “Esta instalación no es correcta. Este desagüe
no está bien”. Volvemos entonces a
llamar a la tienda para dejar constancia que han de venir a arreglarlo para que
nos sellen la garantía de la caldera.
Pues bien, entre tanto llegaron las
borrascas y las lluvias. Una mañana cuando Toni se va al trabajo, a las 6:30 de
la mañana, me llama al móvil. Yo, inocente por naturaleza, pensé que estaría
todo nevado y me llamaba para darme la noticia que todo estaba blanquito…..jajajajajajaja…..no. “Baja al almacén que está inundado de agua!!!!!!”
Bajé corriendo en pijama y botas. Toda el agua que había caído durante la noche
estaba en mi casa y no paraba de salir del wáter. No daré detalles para no
mezclar historias, pero estuvimos sacando agua desde las 6:30 de la mañana
hasta las 16:00 de la tarde sin parar. Cervicales rotas. Resultó que las
toallitas de bebe habían embozado la salida de agua y como no podía salir a la
calle, todo esa agua salía por el wáter.
Justo esa mañana se presentó el
lampista incompetente a arreglar el desagüe de la caldera. Era tal merder el
que teníamos en el almacén, que ni Toni ni yo estuvimos por él. Pero bueno, tampoco teníamos que hacerlo ni nos
necesitaba para hacer su trabajo. Él es el “lampista”, el que sabe y ya se
sabía el camino hasta la caldera. Le dejamos trabajar. Estuvo poco rato la
verdad, pero bajó diciendo que ya estaba arreglado. No lo dudamos tampoco.
Pues mientras estamos esperando a Roca
para que venga de nuevo a sellar garantía, llega una tarde de marzo en la que
voy a poner la calefacción y no funciona. ¿¿¿??? Un poco hasta las narices del
tema, vuelta a llamar a Endesa. Vino un técnico de la compañía al día siguiente
y nos dice que la válvula de la calle que dá entrada al gas a la vivienda, está
rota. Que nos ha estado entrando una burrada de gas y por eso la caldera se ha
parado, saltó su sistema de seguridad. Nos quedamos helados y al mismo tiempo, asustados.
Ostia, no es lo mismo una fuga de agua que de gas.
¿Podría ser entonces que la primera
vez que la caldera se paró fuera por esta razón y no fuera necesario poner una
caldera nueva? Podría ser, (dijo el técnico de Endesa) pero nunca lo sabremos ya.
Pues mientras estamos esperando a Roca
para que viniera a sellar la dichosa garantía, el viernes pasado estaba yo en
casa con las niñas después de comer y aproveché para poner la lavadora, un
lavado rápido de 15 minutos. Estoy recogiendo los cacharros cuando escucho agua
caer en el cuarto de máquinas. Pero agua, agua. Voy para allá y me encuentro
que chorrea agua por debajo de la caldera mientras en la pantalla digital la
numeración baja en picado y las luces se ponen todas a parpadear.
Yo sola en casa con las niñas, que soy
un desastre con todo lo que tenga botones, con el recuerdo reciente de una válvula
de gas rota que daba entrada a la casa un exceso de gas, sin saber qué pasaba ni qué tenía que hacer…………me
cagué de miedo. Llamé al Toni pero no lo cogió y entonces grabé con el móvil lo
que estaba pasando. Finalmente, dejó de caer agua y la caldera se paró. De
nuevo sin calefacción ni agua caliente.
Yo, que tengo por costumbre guardarme
todos los móviles de los operarios que circulan por casa, tenía el móvil del
lampista incompetente y le llamé. “¿¿Has tocado algo de la caldera??” me
preguntó….”No, solo puse una lavadora” contesté…..Y le envié el vídeo. Me
vuelve a llamar. La conversación me va a costar tiempo olvidarla:
-
Oye
no sé qué ha pasado porque todo estaba bien- Me dice
-
Pues mira si no lo sabes tú que eres el técnico!!! – le digo
enfadada.
-
Mira, estas cosas son cosas del Karma – (no doy crédito) me dice
el tío.
-
¿¿Disculpa?? – Indignada, y a punto de estallar.
- Si, que hay rachas que todo se rompe – aclara el místico lampista
incompetente
-
Mira,
tú no tienes ni puta idea de lo que significa el Karma!!! No sabes ni lo que
dices!!! – Estallé - Todos tenemos
rachas que se te rompe la batidora, el coche y el microondas. Pero si se te
jode la caldera, luego la caldera, y de nuevo la caldera, lo mismo algo pasa
con la caldera que no se está haciendo bien, no?? Lo has pensado??? – Y seguí
ya fuera de mí….- No te imaginas el miedo
que he pasado, estamos hablando de gas, la caldera es nueva, había una válvula
rota que no miraste, estoy en casa sola
con mis hijas, me cago en la puta, no me vengas con gilipolleces!!!!!!
Se acabó la conversación. Me vine
corriendo a trabajar y cuando llegué, me volvieron a llamar. Un compañero del
impresentable. Que venía en 25 minutos a mirarme la caldera. Me volví corriendo
a casa y justo en ese momento, exploté a llorar. Porque yo soy así de
gilipollas. No puedo evitarlo. Y me vio
mi jefe (pasé una vergüenza… a mi edad….)
Por suerte vinieron dos chicos de lo
más apañaos. Resulta que aquel famoso desagüe no estuvo bien hecho, ni bien
arreglado cuando fue por segunda vez, y cuando la lavadora quiso expulsar el
agua, al no poder salir por su sitio, subió hacía la caldera. Por eso pasó lo
que pasó. CALDERA NUEVA ROTA. Ellos corroboraron que fue por una mala
instalación de su compañero.
En cuanto se fueron, esperé a Toni y
nos fuimos a la tienda. Era viernes por la tarde, al dia siguiente “no trabajaban”
y pretendían que nos quedaramos sin gas ni agua caliente todo el fin de semana
con este frio habiendo pagado una caldera nueva y habiendo pasado un miedo
terrible con este incidente, el cual no les perdono. Nos sentamos en la oficina y fuimos claros:
-
Mira usted, mis hijas no se merecen estar pasando frio por una
imprudencia vuestra. QUE ESTABAIS AVISADOS. De aquí no nos vamos hasta que no
me cambiéis la caldera. No pienso pasar el fin de semana sin calefacción por
vuestra culpa. Eso, o me devuelves el dinero ahora mismo que me vaya a otro
sitio. Ya puedes llamar a la policía si quieres, porque de aquí no nos movemos.
Menos mal que toda la información es
veridica, todo estaba registrado: compra, notificación de Roca, como fue el técnico
a arreglarlo y como estos últimos daban parte de la mala instalación. Por
suerte, dimos con una chica que nos comprendió y no llamó a la policía ni muchísimo menos, y nos ayudó gestionándolo
todo para que a la mañana siguiente vinieran a ponernos una caldera nueva.
-
Mañana a las 8 estamos en su casa – nos dijo la chica.
-
Vale, pero denme un teléfono de contacto – le dije.
-
No podemos hacer eso – me contestó
-
I tanto que puedes….. – le dije – me das el móvil del técnico que no quiero pasarme el sábado entero esperando (y le recordé lo de la vez anterior).
Llegó el sábado a las 8 y recibo una
llamada del técnico. Me temía lo peor:
- Buenos días, soy el técnico – Se presentó el hombre – Que estamos
esperando nos llegue la caldera nueva y llegaremos a las 9 en lugar de las 8.
-
Buenos días, aquí estamos esperándole – Suspiré.
Así sí. Esta vez sí (creo), porque
todavía estamos esperando vuelva Roca a sellar la garantía de la caldera, de
esta nueva. Pero de momento todo funciona bien. Toquemos madera.
Sé que le habrá caído una buena bronca
al muchacho. Me sabe mal porque todos podemos equivocarnos y al final, después de
nuestra conversación, él pasó el vídeo a sus compañeros y gracias a ello, vinieron
a arreglarlo. Pero pasé tanto miedo que hasta me salieron pupas en la boca de
los nervios que cogí. Y vino por segunda vez a arreglarlo….dejándolo sin
arreglar. Espero no le hayan puesto en la calle por esto, pero también espero que haya
aprendido a hacer las cosas mejor.
Conclusiones:
1.
La importancia de tener un buen lampista de confianza. No tiene
precio.
2.
No tiro una toallita húmeda más por el wáter en mi vida.
3.
O te pones a malas en según qué situaciones, o pasan de una.
4.
Entre todos los inventos del hombre, todos todos todos, sin duda
alguna, me quedo con el agua caliente en casa. Nada en el mundo puede
compararse a la felicidad de un baño caliente.
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