En Enero todos malos
Se ha terminado enero con sus 31 días,
increíble. Si tengo que resumir este mes, que me ha parecido cortísimo, lo haría
con dos palabras: todos enfermos. Casi como manda la tradición que yo recuerde.
Toni tuvo una especie de “gripe
intestinal” que por poco acaba con mi vida, más que con la suya. No digo más.
Lo pongo entre comillas porque después de ir a urgencias y hacerle pruebas y
comprobar que gracias a Dios, está más sano que una lechuga, el diagnostico por
descarte, fue ese. Ha habido una pasa fuerte.
A continuación, Judit estuvo una
semana con laringitis, fiebre y malita. Le volvió a brotar la dermatitis perioral,
con toda la zona enrojecida esta vez, como si la piel se le hubiera quemado del
sol. La dejé con los iaios bien, y cuando llegué al mediodía tenía toda la zona
de la boca completamente irritada. Le dieron antibiótico, pues resulto un
cuadro de laringitis acompañado de mocos en el oído. Pobreta meva, con razón.
Cuando Judit se recuperó, llegué yo
con mis síntomas pre y menstruales, con los que sigo. Debo haber acentuado la
sensiblidad a ellos y tenido cambios hormonales propios de la edad, supongo, no
se, pero en los últimos tiempos, esta cita mensual me deja más dolorida que
nunca y con unos cambios de humor muy extremados.
Soy plenamente consciente de cómo se
me gira el carácter, me doy cuenta de ello perfectamente. Me irrito por
cualquier tontería o me giro sola, y me siento triste. Si además le añado las típicas molestias físicas de mal de bajo vientre, pesadez en las piernas y dolor de cabeza, sumo un combo con el que ya no controlo mis emociones. Últimamente me
está pasando muchísimo y es ahora cuando lo empiezo a hablar en voz alta y creo
que debería buscar algún tipo de suplemento natural que me pueda ayudar. Estoy leyendo y consultando sobre eso a ver qué puede ir bien.
Se ha salvado Carla, que de pequeña cogió todos los
virus que encontró a mano, las bronquitis y neumonías habidas y por haber. Lleva
una racha espectacular de buena, que no coge nada de nada y estoy felicisisima por eso. Ole mi niña que ya le tocaba. Que siga así!!
De modo que hemos pasado un mes en el
que todos los fines de semana han sido invertidos en el descanso y la
recuperación de la salud familiar, que no es poco. Pero hemos sobrevivido como campeones.
Pero ya es febrero. Así que vamos a ponerle más entusiasmo a este mes de carnavales y cumpleaños, que es más cortito y más divertido.
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