Despistadísima



Empiezo a preocuparme. Mucho. Ya no se trata de olvidarse la lista de la compra que has preparado minuciosamente o de dejarme la bolsa de gimnasia de la niña porque era jueves y tocaba piscina, no. Ahora al despiste se le ha juntado su prima hermana mayor y la madre de esta: el olvido y la falta de atención o comprensión.

Pavor.

Cuando cometes una cagada, y te das cuenta que ya no ha sido un despiste, sino que lo has entendido mal y ha sido un error garrafal, lo primero que sientes es un miedo atroz y te preguntas a ti misma ¿seré tonta y no me he dado cuenta hasta hoy, como buena tonta que soy?

El caso es que son unas cuantas.

La última ha sido enviar una foto a una madre y que no fuera esa su hija. La cosa fue así: estuvimos en una competición donde unos fotógrafos se encargaban de hacer fotos de cada participante. Luego te dirigías a su centro de datos y si te gustaban, las comprabas a 5 euros. Algo así como las bodas. Esa madre y yo las vimos juntas y ambas compremos. Las pagas, das tu correo en un par de días te las envían.

Cuando las recibí, enseguida vi que una no era Carla, no me fijé mucho (característica de los despistados) pero juro que yo vi a la hija de esa madre. Además, algo que me ocurre siempre y coincide en estos casos, es que en mi cabeza se crea su peli, la explicación de lo ocurrido. “Claro, como las miremos juntas y las compremos una detrás de la otra, la chica se ha equivocado y me la ha enviado a mí por error” Y entonces yo pasé a enviarle la foto por email a la madre en cuestión: “Ei, que tinc una foto teva i s’han equivocat, te la passo” Cuando me contesta: “noia, que aquesta no la meva filla”

Abro la foto, la miro bien, y es verdad, no era su hija. ¿Cómo no me he dado cuenta? Ok, se parecen, pero ¿es que no me fijé ni un poquito para darme cuenta de ello? Me monté yo sola la aclaración de todo y para mí ya estaba, no me fijé lo más mínimo. O sí la miré pero no la ví porque en mi cabeza ya estaba todo explicado. 

Sí, sentí vergüenza. Y después miedo de si son señales de algo, esto me ha creado desconfianza en algunos casos por la duda de si lo estaré haciendo bien, la intranquilidad de si tengo que preocuparme por esto.

Si fuera un caso aislado, pues no le das demasiada importancia: muchas cosas en la cabeza, pero últimamente han sido unas cuantas, algunas en el trabajo, y me preocupa mi despiste, como se me olvidan las cosas y cómo ahora la falta de atención me pone en estos apuros.


Me preocupa. 

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