5 años

¡Carla cumplió el día 8 de este mes, CINCO AÑOS!.

Cayó en domingo, el mismo día de la semana que cuando nació. Cinco increíbles años, durísimos en muchos momentos por unos padres muy primerizos y novatos y nerviosos, pero con plena dedicación y siempre desbordantes de amor. Ahora miramos las fotos de ella cuando era bebe y no la recordamos tan pequeña como ahora lo es Judit. Da miedo, no quisiera olvidar absolutamente nada de ellas en cada una de sus etapas.

Me encanta observarla cuando no me ve y está dentro de su mundo. Mientras juega con su hermana o monta sus paraditas con sus juegos favoritos. Cuando me descubre,  algunas veces se enfada porque se siente espiada y no quiere que la mires. Otras en cambio, le gusta pillarme así de embelesada y  sin querer,  cambia el gesto por esa carita de timidez, esos ojitos que no saben dónde mirar porque sabe que me está encantando lo que hace. En esos momentos me la comería. Como cuando vamos a verla a patinaje…esa carita de “me están mirando y están muy orgullosos de mí” es puro amor.

Por más que vaya de dura y sea poco cariñosa, quiere que la mimes sin fin. Y si es jugando y riendo mejor que mejor. Empalagosismo el justo, pero en eso es como yo, con humor y cachondeo, lo que quieras. Ese es su estilo sin duda.  

Como dije un día, no le gusta la tele, no suele entretenerse con ella. Ella prefiere el juego simbólico y es más feliz creando historias y ambientes. Ahora es la profesora de clase y te monta una actividad con veinticinco folios en el suelo, que corta, pega, con sus veinticinco colores y les manda pintar a sus veinticinco niños. O se coloca la bata de doctora y monta una clínica con sus muñecos. También simula al bus, lleno cestos, carritos, sillitas o lo que sea que representan los asientos,  con sus nenes sentados mientras ella los coloca, hace que les pone el cinturón, pasa lista…..(como en la foto, que precisamente aquí había partido jaja). Me quedo maravillada viéndola jugar porque se mete en el papel de una manera...Observándola además, es que aprendo muchísimo de ella y de su día a día.  

(Luego recoger las paraditas ya es otra cosa)

Me enamora conocerla cada día más y me da rabia no tener el tiempo que me gustaría (por favor, alguien que me cocine y me limpie) para dedicarle las horas que Carla necesita. Pintar juntas, jugar, bailar zumba. Cómo piensa, cómo siente, cómo es. Y descubrirla, a veces tan igual a mí y otras tan diferente. Al día de hoy sé que mi hija me enseña más cosas a mí que yo a ella. Todas sus versiones son apasionantes. Bueno todas no, esta última con la que lleva un par de días me está sacando de quicio…los 5 años parece que le han sentado mal. Se ha empeñado en dificultar todo: desde vestirse por la mañana a bañarse por la noche. Nada es de su agrado y a todo le saca punta poniendo su negación en ello. Santa pacienciaaaaaaaaa. 

Llegó su cumpleaños y este año decidí hacerle dos fiestas: una con sus amigas del barrio (las de siempre) y otra con la familia. Como novedad, este año para la de las niñas organice una gincana por el barrio (un perímetro de tres calles en realidad) por aquello de hacerla divertida y diferente. No fue muy elaborada tampoco, algo sencillo. Pero al final, salió mejor de lo que esperé (y mira que ya esperaba que fuera chula) pero me sorprendió a mejor todavía. Disfrutaron muchísimo, tanto que cuando acabó querían volver a empezar, jaja. ¿Hay algo más gratificante que hacer feliz a tu hija? No existe sentimiento mayor.




Escondimos las chuches en el buzón del piso y tenían que encontrarlas. Estas eran las pistas que iban encontrando en sus sobres, a mida llegaban a los sitios. Huevos de chocolate, jugar a la gallinita ciega, pintarse los labios.....Cuatro locas de 5 años vestidas de princesas corriendo por el barrio en busca de las chuches perdidas. ¡Qué bien lo pasamos! Hubieran seguido recogiendo sobres y leyendo pistas la tarde entera. 






La fiesta con la familia fue en casa. Muy bien también, como siempre, aunque fuera algo menos “preparada” hubieron carreras de sacos, pilla pilla y muy buen ambiente. Lo hemos pasado genial tanto en una como en la otra, aunque la gincana triunfó, todavía hoy se acuerdan y quieren jugar a “trobar les xuxes”. Son unas grandes exploradoras.

¡Felicidades mi niña! Espero que nunca olvides lo especial que eres y lo muchísimo que te quiero. 


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