Decisiones

Frase realmente buena. Pues sí, a riesgo de equivocarme, y jugando mis cartas de la mejor manera que sé, tengo la decisión tomada.  Al final, no queda otra y será lo mejor a largo plazo. De hecho es en el futuro en lo que pienso. FUERA LO QUE NO VALE. Si no hago nada al respecto, nada va cambiar y solo puede ir a peor la cosa. 

En estos días, entre unos sentimientos y otros, ando metida en mi bote particular, con la tapa echada y casi envasada al vacío. Demasiadas emociones juntas. Pero lo cierto es que cuando eso pasa, despiertas. Al final hay que seguir la intuición, esa respuesta natural que la mente y/o el corazón conoce (aunque a veces cueste distinguir) y te alerta que es el momento en que has de dar un paso adelante, o atrás…o en otra dirección, pero has de hacer algo.

Y he llegado a ese punto de consenso entre ambos sentidos.

Hay cosas que son correctas pero no son justas. Y esta es una de ellas. Además es un asunto mío, nadie más puede opinar ni hacerlo por mí, aunque como todo en la vida, quieras o no, siempre existen algunas consecuencias que espero no sean demasiado graves.

Por momentos dudo completamente qué hacer, la verdad, pero en el fondo de mí, sé que la decisión está tomada desde hace tiempo y que todo me ha conducido a finalmente posicionarme. Como diría Pastora: “me he hecho un croquis para controlar el sistema, pero hay una tecla que toco y toco, y nunca suena” Tal cual es así.

Parece que mi brújula interior marca la misma dirección todo el tiempo, aunque de vez en cuando la zarandeo a ver si es que las flechas se han vuelto locas y repito operación, pero el sentido siempre es el mismo porque ni siquiera el miedo consigue mover el norte de lugar.

Toca vencerlo porque la dirección es esa....pues allí voy.

Y por supuesto Toni es mi gran apoyo porque no va a ser nada fácil.