Tengo, tengo, tengo, y si no me lo invento
Ha sido una semana dura pero superada, así que voy a salir a celebrarlo.
El verano pasado yo quería pintar. Es típico del verano, pero ya tocaba. Hacía
Pero no siempre querer es poder,
y con mi bombazo de 8 meses, solo llegamos a pintar las dos habitaciones, que
por lo menos, era lo más importante de cara a la llegada del bebe.
Así que la semana pasada, y ya
que teníamos el piso desmontado, fue la ideal para dejar paso al pintor y que
acabase la faena que en verano dejamos a medias. Y menos mal no pintemos,
porque el pintor ha dejado un salón estupendo. Nosotros hubiéramos echado una
mano de pintura y poco más, él ha dejado unas paredes perfectas.
Tengo que reconocer que me gustan
unas obras más que la tortilla de patatas de mi madre. Son duras, son
estresantes, cansadas y provocan mil enfrentamientos en la pareja, pero merecen
mucho la pena. Que chulo ha quedado todo! Así como llevo 36 años con el
mismo peinado (bueno, hace dos meses y por primera vez en mi vida, me corté el
flequillo recto) en temas de casa me gusta cambiar y me canso pronto de verlo
todo igual. Ahora el pisito parece otro y huele a recién pintado.
Y si con alegría comienzo, con
más felicidad es que las acabo, que aunque estas obras nos han atropellado la
rutina sin darnos tiempo a pensarlo demasiado, vaya semanita entre casa, niñas
y trabajo. Eso sí, han sido un visto y no visto. Antes de creérmelas, ya
estaban los operarios del parquet subiendo el material a casa.
Cuento esto porque la semana
pasada, en pleno estrés obril, cambia muebles de sitio, vacía armarios, da
teta, recoge niñas, vete a dormir a casa de tu madre, no te dejes nada de las
tres mil cosas que necesitas para unas noches, etc etc…..ví que la Dolo Beltran
se estrenaba como monologuista. Con lo que me gusta a mí un monologo y esta
chica, no podía perdérmelo. Ni pregunté. Ni pregunté y además, saque cuatro
entradas; dos para nosotros y otras dos para mi amiga con quien en su día,
perseguimos a Pastora por Catalunya y tantos momentos guardamos de aquellos
conciertos.
Pues a falta de 24 horas para el
evento, no sé con quién voy a ir. Carla trajo la gripe a casa el fin de semana
pasado y Toni ha caído. Mi amiga está pasando por un momento muy delicado y en un
impulso de esos míos donde ni respiro ni razono, pensé le iría bien
desconectar y compré la entrada para
sorprenderla y disfrutarlo juntas, pero no fue buena idea, ahora
lo veo. Estoy convencida al 100% que todo va a salirle bien, pero es verdad que
le está tocando sufrir. No se si vendrá.
Así que como el galán de las
pelis digo: “tengo unas entradas para los Lakers que no tienen dueño, ¿te
apetece venir conmigo?” estoy pensando a quien hacerle tal preposición porque
de ir, voy. Me encanta Pastora, que en gran parte es ella, su estilo, sus letras, esos mensajes que me transportan, así que si ella es el espectáculo y me gusta esta mujer, seguro que no me
defrauda.
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