La historia del parquet



Hay cosas en la vida que si las planeas no salen tan bien.


Llevo años peleándome con el constructor del piso porque el parquet esta echo un asco. Abierto por todas partes, bufado, descantillado (el rallado es cosa de mi hija) pero todo lo demás es culpa de él, así que prácticamente desde que el mundo es mundo, vengo quejándome al señor constructor.

Y en cada una de esas quejas, su argumento ha sido el mismo: “es normal que se abra, es por la dilatación del calor de la calefacción” esto con esa risilla en la boca tratándome de tonta. Cada vez que me acuerdo es que no sé qué le haría de la rabia que me dá oírle y escabullirse del problema, además cuando has pagado una millonada por algo que hoy vale la mitad. Mira, es que dan ganas de cagarte en su puñetera madre y por lo menos quedarte a gusto, pero son cosas que aunque las piense no suelo hacer.

Hace como tres años y después de ser muy pesada porque Carla empezaba a gatear, finalmente vino una mañana a “arreglármelo” y se lió a pegar golpes para juntar las lamas. Don chapuzero. Glolpe por aquí, golpe por allá y acabó de juntar todas las piezas y cerrando aquellas rajas que daban miedo.
 
Bueno pues ahora, además de todas las juntas abiertas de nuevo, se ha bufado y la puerta corredera no cierra. También vas andando y crash, crash,  todo el suelo crujiendo. No lo podía soportar. Es aquí cuando en un arranque de esos que ni piensas, llamé al seguro en busca de ayuda para denunciarle, porque no me apetecía empezar de nuevo esa tanda de llamadas y peticiones por algo que está mal echo. SE acabó, lo denuncio.
 
Tengo que decir que es un caso particular, porque el mismo constructor fue el carpintero que puso el suelo y además vive al lado, o sea, que no es aquello que compras un piso y no ves más la cara del constructor, no. Es mi vecino y encerramos el coche uno al lado del otro. Pero llegados a este punto, me daba igual acabar mal. Quería un informe de alguien entendido para denunciarle y reclamarle.  
 
Ahora es cuando llega el perito de la compañia y casi sin darle explicación ninguna, mira el suelo y me dice:
 
- Si, sí, aquí ha habido una infiltración que te ha levantado el parquet…..esto hay que cambiarlo todo.
 
No daba crédito. Con cara de “no me lo puedo creer” y pensando que me iba a meter en un lio porque yo no he tenido ninguna infiltración conocida, le contesto al buen hombre:
 
- No, no. No ha habido ninguna infiltración, este problema dura desde que lo compré. Este suelo es que está muy mal puesto.
- Si bueno, pero tú has tenido infiltración, verdad?  no ves como esta?
- Ya pero…
- Hay que cambiarlo, no te preocupes.  
 
Pensé, no puede ser, no te hagas ilusiones que esto en dos días te llaman para decirte que no me cubre la póliza, o que han escuchado mi grabación cuando llamé para pedir asesoramiento para denunciar al constructor y no dar parte de una infiltración, o que tendré que pagar un plus, o que ha sido un error…..así que no te lo creas.
 
En esas estoy, cuando pasados unos días me llama el parquetista para venir a ver el piso. Hablar con él fue un gusto porque desde luego que estaba mal puesto.
 
- Madre mía chica, que mal colocado esta esto…- me dice mientras con cuatro patadas me cierra las juntas que se encontraban a nuestros pies- ¿¿Cuándo te va bien empecemos??
 
Pues eso, que hoy me están acabando de cambiar el parquet enterito. Todavía me cuesta creerlo.
 
Y aprovechando la ocasión, en un momento de euforia máxima, he cambiado el tono porque “ya que me pongo, cambio” y he pasado del típico parquet haya a un grisáceo clarito….lo cierto es que en los blogs de decoración nórdica que tanto me gustan quedan muy chulos y ahora no se yo si ha sido acertado.Tenía claro que quería cambiar y esta era la opción, porque más oscuros no lo quería. Creo que me gusta pero también es verdad que tengo que acostumbrarme.
 
Lo mejor es caminar por él sin que cruja, tan juntito y tan silencioso. Ahora con el cambio, al levantar el suelo, he podido comprobar lo mal puesto estaba, me han enseñado los propios parquetistas la mala calidad de malla que tenía y que incluso tenía piedrecitas, algo que no debería ocurrir.

Ojala hubiera llamado antes, nunca pensé que el seguro me iba a solucionar este asunto. Esta mañana me crucé en las escaleras con el constructor y ahora sí pude decirle, sabiendo de lo que hablo y con la seguridad que ello te aporta, la mierda de suelo me puso y lo mal que trabajó.

Que bien me ha sentado esa charla.
 


Comentarios

  1. Me alegro mucho verte de nuevo por aquí.

    Bienvenida.

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  2. Mil gracias por tu recibimiento David.
    Me costara un poco ponerme al día pero vamos allá.
    Un beso.

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