Amores del 2022

Vuelve a ser febrero y vengo, como cada año, a intentar reanimar mi blog, al que tanto cariño guardo y tan abandonado tengo. 

El 2022 ha sido un año de poca pasión. No todos los años van a ser iguales, y a los amores ya habidos, no han llegado más. Si tengo que pensarlo tanto, más vale cierre ya el post….Espera, NO. Hay un amor muy grande: mi perrita.

 

FIBI


Exactamente llegó a mi vida el 18 de diciembre del 2021, así que, aunque ya sentí en su momento el flechazo y matemáticamente fue un amor del 2021, no pude vivirlo demasiado dentro de ese corto periodo de tiempo porque fueros días solamente. Ahora, a un año vencido y que he celebrado nuestro primer aniversario conviviendo por primera vez en mi vida con un animal, confirmo que VIVO ENAMORADA de ella.  Yo y toda mi familia.
 

Me gusta cuidarla, soy feliz paseándola, viéndola correr por el campo, me encanta jugar al pilla-pilla con ella, me llena de felicidad verla jugando con mis hijas, quiero llegar a casa para que no pase más tiempo sola cuando no nos queda más remedio que dejarla. Me gusta tenerla al lado en el sofá, cuando dormimos, cuando vamos a donde sea. Es una más y solo puedo dar las gracias por haber llegado a mi vida. Nunca pensé fuera capaz de convivir con un perro, esto ya lo expliqué: soy demasiado maniática. Pero he superado todas esas manías y forma parte de mi familia. Estoy completamente convencida que me eligió, de que era para mí, que estaba destinada a formar parte de mi historia. Y por eso la quiero muchísimo más. Toni me dice que se me va la cabeza, que solo es un perro y que la humanizo. Puede que tenga razón. O no. No creo que pudiera hacerlo de otra manera. 

Es increíble cómo se les quiere, el cariño tan inexplicable que sientes. Sus ojitos, sus patitas, sus orejitas, su mirada…sientes comunicarte con ella de una forma muy especial. La adoro y ha sido sin duda el gran amor y descubrimiento de este 2022.



 

PARQUES TEMATICOS Y DE ATRACCIONES

Sin planearlo demasiado (excepto Disney), ha sido un año en el que casualmente, hemos visitado tres parques temáticos: El Tibidabo de Barcelona, Disneyland Paris y Port Aventura en Tarragona. ¿Ha sido esto un amor? Bueno si, porque ha sido una peculiaridad y lo hemos pasado muy bien.


Tibidabo Barcelona 



Fuimos medio invitados por unos amigos que al tener el pase anual les regalaron dos entradas. Yo ya había estado de más jovencita, no sabría decir cuando, hará mil años por lo menos, pero nunca con mi familia. Son atracciones flojitas, pero está muy bien para pasar un día diferente. Estando allí refrescas recuerdos y fue emocionante revivirlos. Llevemos bocatas y comimos en la zona de picnic fantásticamente bien. 

Es un lugar bonito por distintas razones que merecen ser mencionadas. Como está en lo alto de una montaña, subir en la cremallera hasta el parque de atracciones ya es en sí, la primera aventura y atracción. Las vistas de Barcelona son increíbles y ese es su encanto, la visita se convierte en un paseo relajado por un precioso mirador.

Las atracciones no son muy fuertes y quizás es un parque más inclinado hacia niños más pequeños o simplemente a quienes no les guste las atracciones fuertes independientemente de la edad. Podrás subir en el emblemático avión o columpio gigante pero también entrar en la alucinante y terrorífico Hotel Kruger.






 Disneyland Paris

Ya le dediqué un post entero, pero brevemente diré que sigue siendo el viaje más chulo que hemos hecho en familia. ¿Pienso en volver? Sí…algún día puede que sí porque no dejan de hacer cosas. Están construyendo el reino de Arendel y ai ai ai, eso debe ser chulísimo.

 

Port Aventura

Es el favorito de mis hijas y el que más hemos visitado. Este año no había previsión de ir, pero a lo tonto, hemos ido dos veces: una en primavera con los mismos amigos del Tibidabo aprovechando un evento y la segunda en Navidad, porque mi hermano organizó una escapadita todos juntos para celebrar el 15 cumpleaños de mi sobrino.  

Hay dos parques: Port Aventura y Ferrariland, siendo éste último muy pequeñito pero con una atracción bestial. El primero, se divide en cinco temáticas: México y Barrio Sésamo, Far West, China y Mediterránea.  Todas las ambientaciones son muy guays pero a mí la Far West es quizás la que más me gusta. 

En Port Aventura hay más atracciones de las fuertecillas. Tuvimos suerte y en diciembre no había mucha gente por lo que las niñas no hicieron grandes colas. Carla, que es una fanática de las montañas rusas subió como tres veces al Shambala por ejemplo. 

A mi personalmente no me gusta sentir miedo y adrenalina. Es una sensación que me pone muy nerviosa.  Salgo temblando y no me compensa. Pero pasear, subir en pequeñas montañas rusas y ver los espectáculos sí me gusta. Aquí también preparan una nueva atracción “Uncharted”, así que mis niñas ya me piden volver.  

 

BAÑARME EN VERANO


Mas que amor, ha sido una media reconciliación. Hacía años y años, puede que más de 6, que no ponía un pie en la piscina del pueblo y este año tuve el valor de sacarme el carnet. No creo que repita porque luego no lo he amortizado tanto como pensé íbamos a hacer, pero ha estado bien. Ahora que he vencido ese complejo, creo que para el próximo verano haré ruta por las diferentes piscinas de la zona, con su correspondiente entrada. ¿Esto es un amor? Pues sí, porque he disfrutado todo el verano como (casi) cuando era niña.
 

He vuelto a bañarme en las pisicinas y en el mar, algo que por mi sensibilidad al frio no me gustaba hacer. Supongo que las razones han sido dos: he pasado taaaaanta calor que se me han quitado las tonterías y he empezado a tener sintomatología perimenopausia, y la temperatura corporal ha subido. (De esto debo hacer post especial).  No soy de quedarme luego en el agua, pero el hecho de darme un chapuzón y sentirse una sirenita, es una pasada. ¡Hasta me he tirado por toboganes! Digamos que he recuperado la conexión. 



 

Y hasta aquí mi lista clásica y oficial de amoríos anuales. 

Comentarios

Entradas populares