Les honramos

He crecido viendo a mi madre encender velas a sus difuntos cada 31 de Octubre. Lo hacía y lo hace siempre en la cocina. Te levantabas por la mañana y ahí están sus fotos bien colocadas y sus velas encendidas. De pequeñita nunca presté la suficiente atención a estos rituales, eran “las cosas de mi madre”.

Principalmente, con lo que yo no he comulgado nunca, ha sido con hacer las cosas  “porque hoy toca” ¿Acaso no recordamos a nuestros seres queridos el resto del año?

Más tarde empecé a acompañarla al cementerio para ayudarla a limpiar las lapidas y poner flores nuevas. No me gustan nada los cementerios, pero quería acompañarla en su costumbre sobre todo para ayudarla, que había que subirse a lo alto de una escalera para todo ello y no quería se hiciera daño.

Vas cumpliendo años y sin querer, llega un día que sientes esas costumbres como algo muchísimo más especial del "porque toca". Entonces las vives con un gran respeto que hasta entonces no comprendías. Sin saber muy bien, ni cómo ni por qué, cambias, y tal y como has visto en tu madre, un día tú también enciendes velas y pones flores a quienes amas profundamente y ya no están en este lado.  

Porque en realidad, sí me gusta creer que en esa noche acercamos nuestras almas. Porque de verdad me gusta creer que en esa víspera de todos los santos, nuestros mundos se unen (más).

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