Despedidas escolares, fiestas de espuma y virus zombis

Vagaa, es lo que soy. Y lo digo con bastante reproche a mí misma. Me he acostumbrado a no escribir nada de nada, a sentir que nada de lo que hago merece ser explicado. No le veo la gracia a mi rutina, a la vida cíclica que llevamos, al poco tiempo que tengo para nada y a las pocas ganas que además le pongo…acomodada a cumplir con mis labores de madre trabajadora que ha de cumplir con su horario laboral y tareas familiares de dos niñas pequeñas que no dan tregua y un marido que trabaja a todas horas.  Los ansiados ratitos que tengo libres, cuando por fin las niñas duermen, los acabo dedicando a chafardear Instagram (y el invento ese de las stories?), leerme el inacabable “una amiga estupenda” y ver series en Netflix.

Y me siento mal porque aunque fuera poco, aunque no me lea nadie, aunque no viva grandes aventuras y tenga grandes ideas, me sentía bien haciéndolo. Así que así, sobre la marcha, con mi café delante y mi jefe en el despacho de atrás, voy a escribir un poquito sobre estos últimos tiempos en mi vida…..lo publicaré tal cual quede, ¿no son así los diarios?

Junio fue un mes bonito, además que es un mes que me gusta muchísimo, pasaron muchas cosas chulas.  El final de curso de Carla y la despedida de infantil. Hicieron una obra de teatro “El mon dels contes” que estuvo curradisima. Personajes, textos, decorados…todo hecho por ellos, parte del curso lo dedicaron a ello, logrando un exitazo en su estreno. De momento, quiero decir que me encanta su cole. Sé que tiene muchos detractores por eso de “no tener libros etc etc” y que las profesoras las hay falsísimas, …pero ella va tan feliz y aprende tanto mientras se lo pasa tan bien, que es todo lo que se le puede pedir. Ojala sigamos así todos los años, a ver como funciona primaria.

Por cierto, le ha caído el primer diente ya. Mas mona….tengo la sensación que cada día se les cae los dientes antes a los niños. No se si son cosas mías o es un hecho como tal.

Llegaron también varias exhibiciones de final de curso de gimnasia artística: la gimnastrada. Solo diré, que nunca he visto llorar de emoción a Toni…..hasta ese día. ¡Qué bien lo hizo! Desde luego, desde aquí, me declaro fan de mi hija, porque aun sabiendo lo tímida que es y la vergüenza que le da que la miren, sale ahí y lo hace fantásticamente bien. Algo que si tuviera que hacer yo…en fin….sin comentarios. Yo jamás conseguí saltar el potro, no sé si lo he comentado en alguna ocasión. Menudo trauma.

En junio también quitemos pañal a Judit. Después de un primer intento en febrero, lo dejé pasar porque vi enseguida que no tenía la más mínima intención de sentarse en el orinal más que a ver la tele. Llegó el calor y todas las indicaciones señalaban que había llegado la hora de volver a intentarlo: el calor y lo que sudaba, pañales a tope…así que un viernes, después de comer dije: ¡pañal fuera! Y oye…..muy muy muy bien. Iba preparada para quedarme el finde entero en casa limpiando pipis, y aunque hubo sus interminables escapes (y de vez en cuando todavía los hay) el avance fue espectacular.

También fue un mes de cenas varias,  algunos encuentros y otros reencuentros.

Por un lado, con las chicas del ex gimnasio donde iba y que cerró hace 10 años por lo menos. Pusimos por fin en práctica, aquello de verse por ahí de tanto en tanto y decirnos lo típico de “a ver si quedamos un día”. Y eso hicimos.  Nos pusimos al día, y también ciegas de pulpo y cerveza. Y una cosa digo, tenemos que repetir porque no todo fueron risas, no han sido buenos tiempos para algunas de ellas y sabe mal luego.  

La segunda cenita-reunión fue de walkinadoras, las tres que salimos a caminar (eso del running es un proyecto al que ya llegaremos un día de estos. De momento tengo seleccionada la playlist motivacional. Algo es algo). Aquí sí que me reí como no imaginé reiría. Se apuntó una chica que no conocía y no me pudo caer mejor la muchacha.  ¿Qué música sonará en las orquestas del pueblo cuando seamos viejas?  ¿Seguiremos oyendo los mismos éxitos del verano de nuestros padres? ¿Cuáles serán nuestros éxitos? ¿El “quibirop”? jajaja ¿El despacito? Aprovecho para dejar dicho aquí, que odio profundamente este tema y espero no nos persiga en las plazas cuando tengamos 80 años.

Nos metemos en San Juan. Fuimos invitados con un grupo al que no conocíamos. Esto que a priori suena raro y provoca rechazo por los antisociales, a mí me encanta.  De hecho no es la primera vez que lo hago y justo por la verbena fue. Hace exactamente 11 años, por San Juan, una amiga recolectó a tres amigas suyas, recién separadas, una de Barcelona ciudad, otra de Tarragona y yo, y nos fuimos a las playas valencianas de bungalow a pasar el puente de San Joan. Me lo pasé tan bien…..que guardaba muy buen recuerdo de estas peculiares “citas a ciegas”. Pues en este caso, también lo disfrutamos. Conocimos a gente muy maja y por primera vez en la historia desde que soy madre de niña alérgica, coincidí en la misma mesa con otros niños alérgicos. Y no uno solo. Habían dos alérgicos al huevo (la mía y otra) uno más  a la lactosa y el otro a los frutos secos. Parecía una concentración de familias alérgicas jaja.  

Final de fiesta fueron las fiestas del barrio. Cada año participamos más y eso también me gusta. Solo me falta asistir a la paella popular y al baile per la gent gran, jaja. Tiempo al tiempo. Pero sabes qué pasa? Que me gusta sentir que formo parte de un grupo. Siempre me ha gustado aunque pocas veces lo he conseguido o ha durado poco. Así es la vida supongo, no dura para siempre a veces o no encajas otras. Por lo que participar en actividades donde todos nos conocemos y disfrutarlas juntos, me gusta cada día más. Este es un barrio muy pequeño, así que con más motivo. Que no se pierdan las fiestas populares.

Hasta aquí la parte chula del mes. Ahora entramos en la cadena de virus en los que hemos caído en casa. Como veo que se me está haciendo largo, lo resumiré todo lo que pueda, saltando el paso ese típico de cuando vas al médico y te dicen que es una cosa, ves pasar los días y que va a peor, vuelves al médico y al final es otra. En como un virus en una niña tiene unos efectos y en los demás otros. En como caemos todos.

Hablamos del virus de llamado “Sindrome de Gianotti Crosti”. En google imágenes sale como se las gasta el amigo. Este solo lo cogieron las niñas. Carla fue una pequeña granizada en el torax pero Judit fue una granizada total y duró más de dos semanas. Desesperante. Nada de sol, nada de playa, nada de piscina….menos mal que disfrutamos todo lo que pudimos porque tuvimos un obligado reclutamiento hogareño.

El segundo virus que llegó a casa fue por una epidemia de adenavirus que ha contagiado a una veintena de niños en el casal d’estiu, para luego pegárselo a grandes y pequeños. Por los síntomas, parecía íbamos a mutar en zombis. Carla tuvo fiebre altísima que no bajaba, días con picos de 39,5 a 37,4. A esto le acompañaba una conjuntivitis vírica para acabar en mucho moco al que le acompañaba unos hilitos de sangre. Vamos….un festival terrorífico que debo reconocer ya me asustaba. Menos mal que según los médicos, todo “era normal” y que cuando lo hablé con otros padres y con la coordinadora del casal, corroboré que había muchos niños igual, porque a mí ya me estaba asustando.

Judit a la semana siguiente lo cogió más leve, ella solo tuvo un par de días fiebre y un poquito de rojito en los ojos. En cambio, pasó bastante mal de pancha. Ella que come súper bien, no quería comer nada de nada. Y ahora es cuando Toni y yo, pillamos una conjuntivitis vírica e inflamatoria que nos impide por un par de días ir a trabajar…..unos ojos endemoniados que daban susto solo mirarnos. Parecíamos humanos disfrazados de zombis o vampiros con esos ojos jaja.

Con tanto virus suelto, justos hemos llegado a la fiesta de final de curso de la guardería. Pero llegamos, y Judit disfrutó de su último día con todos sus compañeros en una súper fiesta con concierto incluido, de un animador infantil que lo hizo requetebien. Doy gracias porque ha sido taaaaaaaaaaaaan feliz este curso, hemos disfrutado tanto de la llar, que ha sido un lujazo. No han habido llantos, no han habido malas caras, cada día, durante todo el curso, ha entrado corriendo, contenta y abrazando a todo el mundo, para despedirse sonriente con un “adeu mami”. Eso lo dice todo. 

Y acabo con mi cumple que fue la semana pasada, 39 añitos…último año de mis trinti….¡no me he enterao! No somos conscientes eh, nos pensamos seremos eternos, que siempre habrá tiempo….va a ser que no. Va a ser que hay que aprovechar todas las oportunidades de ser feliz, de buscar nuevas y/o de crearlas si no llegan, porque la vida ¡es que se va de verdad! Y me lo repito muchísimo últimamente, intento de no desperdiciar ni una sola porque si no, es que llegará un día en que simplemente, no me lo perdone.

Empiezo a hacerle ojitos y a tontear con esas cremas antiedad que anuncian por todas partes, ir a la farmacia hoy día de lo más tentador, como irse de tiendas. Cremas y más cremas, productos de limpieza, tónicos para estas pieles, las otras, las manchas, las arrugas, las cremas solares, maquillajes, perfumes, productos alimenticios ecológicos….vas a por al antibiótico de la niña y sales cargada de cositas que huelen maravillosamente bien  sin saber muy bien si has echo la tonta dejándote tal dineral o en cambio aquello de “por que yo lo valgo” jaja…Aix la edad y la industria del marqueting que malos son! 

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