Lo de no saber que hacer

 



Así en general, este lema ha sido como un estilo (de mierda) y de vida, como filosofía personal, como compañera del alma, como condición anclada en tu más profunda personalidad, como coxis que se clava, como grano en la cara el día del festival, como gilipollas que te acompaña y no se calla ni te deja hablar. La indecisión es para mí esa pareja toxica que te persigue y no me deja en paz, de la que al final vives enganchada. 

La indecisión no viene sola, tiene a su hermana pequeña a la que cuida por ser la hermana mayor: se llama inseguridad. Esta pequeñaja insegura, se encarga durante su compañía, de hacerte creer que nada es posible, que no eres capaz, que no vas a poder, que no es para ti porque no eres lo suficiente guapa, lo suficiente lista, lo suficiente preparada. Esta parejita tiende a compararte a todas horas con el mundo: ya sea con personas o con situaciones. Y nunca sales bien parada de ninguna comparación. 

Tonta no soy, sé que no son buenas amigas, pero llevan conmigo más de 21 días y no es sencillo desprenderse con facilidad. Este año, me he peleado con ellas y he sentido en distintas ocasiones un torrente de paz cuando he tomado decisiones sin dudas ni inseguridad. Sentirse así de segura, empezar a hacerlo sin dudar, aunque sea con asuntos sin gran importancia, es muy reconfortante y crea bastante adicción. Te das cuenta de la diferencia de sentimientos y eliges quedarte con esa sensación. Para algunos aspectos de mi vida, he conseguido desprenderme de ese lastre de emociones negativas que son la inseguridad e indecisión. 

La pena es que no lo he conseguido hacer en todos los aspectos relacionados con mis deseos y mis metas. Existen materias donde siguen a mi lado, dando por saco. Tanto es así que me pregunto si siguen aquí conmigo o también las he echado pero en realidad soy así, ya no puedo culparles a ellas. 

Llevo años pensando en volver a estudiar, y no me atrevo. Así de simple: siento que no voy a ser capaz. ¿Es producto de mis miedos o de verdad sé que no voy a llegar? Fíjate que creo, sabiendo lo que sé sobre mí misma, que claramente es un quiero, pero no puedo. Un poco triste el tema. Mis razones o excusas, llámalos como quieras, son infinitas: poco tiempo, niñas todavía pequeñas, trabajo fuera de casa jornada partida, Toni que trabaja muchísimo también, mi falta de práctica / costumbre…y sobre todo, mi déficit de atención (ahí es nada).

 


“Inténtalo” dirás, “no te quedes con las ganas”, “nunca es tarde”, “no te mueras con ello”. Suena bonito, pero que mierda es no hacer las cosas cuando tocan, en su debido tiempo y no 20 años más tarde cuando ya no es el momento. 

Toni me dice que tengo alma de pobre, así como hay quien tiene espíritu de rico sin serlo. Me refiero a tener remordimientos si me paso gastando, a no fijarme nunca en cosas caras, en tener aceptado hasta donde llego, en definitiva. Pues creo que, en esa misma línea, también tengo alma de conformista o perdedora, no quiero dar pena con esta declaración porque para nada es la idea, no soy una persona infeliz por esto ni mucho menos. La vida me ha dado muchísimas otras buenas oportunidades y experiencias, aunque no haya estudiado una carrera. Este post es abrirse en canal en realidad y manifestar abiertamente (y en petit comité) lo que considero son mis grandes limitaciones. Queda muy bien decir eso de “si quieres puedes” las redes estan llenas de mensajes de este tipo, pero es que a veces, la realidad es que no, no siempre se puede.  Es tarde. Y el mensaje como la gestión emocional, es muy diferente. 

 


Comentarios

Entradas populares