Amores del 2021

Ya es 04 de febrero y yo sin pasar por aquí. Otro día hablaré de cómo hemos dicho adiós al 2021 y cómo ha pasado este veloz enero de 2022. Para este año no tengo propósitos (nuevos) porque cualquiera de los anteriores me vale. Siendo siempre los mismos, no he cumplido ninguno aun:   aprender inglés, más deporte, más libros, más risas, más paz. Así que seguimos como estábamos…¿en el 2015? Jajajaja. Me rio por no llorar. 

En realidad, este año deseo trabajar por encontrar ARMONIA en mi vida. Simple. Pero antes de entrarme en este nuevo ejercicio, no quiero olvidarme del clásico resumen anual donde detallo lo mejorcito del año ya pasado.  

Vamos con mis amores de 2021:   


EL TERRENO 


Hace más de 20 años que tenemos el huerto de mis padres, pero nunca las hemos disfrutado como ahora. Hace ese tiempo, mis intereses eran otros, estas en otro momento y la gran parte del tiempo los fines de semana lo pasas con noviete y/o amigas. 
 Ahora que soy madre con niñas y que pasada esa época vuelves a estar más con los tuyos, tener esto es un enorme privilegio. 

Ha sido un soplo de aire fresco y nunca mejor dicho. Ha sido un punto de encuentro con familiares y amigos. Ha sido un lugar donde celebrar por primera vez cumpleaños de mis hijas con todas sus amigas y disfrutar como niñas que son de fiestas maravillosas sin restricciones. Ha sido un punto escogido donde reunirme de nuevo con mis foreras después de años sin vernos: más de 20 personas entre adultos y niños, cómodamente y tranquilos. Porque en tiempo de pandemia eterna, poder reunirse así es todo un lujo y soy consciente de ello. 

Vivir la tierra, sembrar, cuidar y recoger alimentos frescos y deliciosos. A mis hijas les encanta trabajar y ayudar al iaio a plantar y labrar. Jugar con los primos, comer en familia y correr en libertad. Siento un enorme y profundo agradecimiento por poder disfrutar de esto. Somos muy afortunados.  


 

 EL BATCH COOKING

No me gusta cocinar pero tengo que hacerlo porque soy madre y pobre. Y hacerlo como hasta ahora, consumía mi tiempo y mi desesperación.  Trabajo a jornada partida, por lo tanto, mi vida era así: trabajar, cocinar, limpiar cocina y vuelta al trabajo. Acabar la jornada, llegar a casa, cocinar, limpiar cocina y a la cama. Cocina que te cocina, coge cacharro - recoge cacharro, ensucia  vitro - limpia vitro, y vuelta a empezar. Bucle infinito. 

Por eso que llevaba mucho tiempo detrás de esta idea y por fin la he llevado a la práctica e incorporado a mi rutina. Este sistema consiste en cocinar un día para toda la semana y guardarlo en la nevera con su taper, herméticamente cerrados y refrigerados. Debo decir que yo no cocino para más de tres días porque no me gusta la comida tanto tiempo después, pero lunes-martes y a veces miércoles, sí los dejo solucionados.

Me hice con más tapers de vidrio y después de visitar muchos perfiles, preparé mi primer batch cooking. Las primeras veces fueron un poco caóticas, porque en esos videos escuchas anunciar “cocina dos horas para toda la semana” y para nada eso era así. El mínimo de tiempo que necesitaba era de 4 horas para acabar todos los platos que me disponía a hacer y acababa agotada. Todavía no he llegado a hacerlo todo en dos horas, pero voy mejorando. También estoy aprendiendo a repartir el cocinado en dos días, así no se me hace tan pesado: preparar la comida del lunes el sábado mientras hago el menú del día, y el domingo para el martes y miércoles. Se hace más ameno para no pegarte tanto tute. 

Este sistema me ha me ha cambiado la vida, y eso de llegar a casa sabiendo que solo tengo que sacar un taper y calentar, ES INCREIBLE. ¿Qué organizarse la semana ha existido toda la vida y ahora estos youtubers e intagramers le ponen nombre moderno a todo y parece que han descubierto la penicilina? Vale. Pero yo lo he hecho ojitos ahora y os lo recomiendo muchísimo, por poco que podáis, intentarlo. ES UN GUSTAZO del que además estoy enganchada para seguir aprendiendo recetas nuevas. 



 * Y lo difícil que es por eso hacer foto a la comida y que se vea apetecible eh. 


LA FREIDORA DE AIRE 

Este año ha ido de cocina la cosa. Ahora está muy de moda también este aparatito que más que freidora, es un mini horno en realidad, peeeeero también me ha cambiado la vida. Ha sido un descubrimiento que me ha solucionado las cenas por completo, para prepararlas más cómodamente de forma más saludable además. A golpe de horno, sin encender vitro y ensuciando lo mínimo. Esta maquinita ha sido otro amor de este 2021. Estoy en ese punto en que definir el amor consiste en eso: aquello que logre facilitarme la vida. No pido más. 

Y casualmente, al lado de mi termomix, que renové hace un año, queda espectacular. Mi modelo es la Cosori 5,5L en blanco. Práctica y bonita.


PHOEBE



 Lo mejor para el final. 

Nunca he tenido animales en casa, ni en la mía ni cuando he sido pequeña en casa de mis padres. Mi madre lo ha tenido clarísimo toda su vida y tampoco ninguno de mis hermanos o yo hemos sido especialmente insistentes con tener una mascota. Por ello, jamás hemos tenido un gato, un pez, un hámster o un perro. Mi única convivencia más directa con animales fue con mi ex que tenía tres perros. Y recuerdo que molaba salir a pasear con ellos, pero se me hacía rarísimo verlos por casa. No sé, suena feo, pero al no estar acostumbrada, no lo veía.  Cuando entraba en casa de alguna amiga que tenían perro, como Sandra o Esther, siempre me sentía incomoda con la presencia perruna por ahí, olisqueándote, ladrándote, subiéndose al sofá…yo he tenido igual de claro que los animales en casa tampoco es algo para mí. 

Pero nunca digas nunca. Porque me he dado un golpe en la cabeza y de pronto, soy otra. Así, por las buenas. De ahí lo del golpe, no porque me lo haya dado de verdad. 

Un día, mi otra amiga Sandra me envía (porque sí) una foto de unos perritos. Otro día, mirando a un chica por Instagram con su perro, me da como ternura. Al otro día mientras trabajo, de repente, me imagino como seria…y lo peor que hice: hablarlo en voz alta y comentárselo a Toni. A él, que es muy de perros. Pues claro, que si que no, que si que no….que sí. 

El 18 de diciembre llegó a nuestra vida ella: Phoebe (Fiby). De verdad que no tengo ninguna explicación, y todo aquel que me conoce, mi propia familia se ha quedado petrificada, mirándome con cara de ¿en serio? ¿tu, un perro? ¿pero de verdad? jajaja. Y es que no tiene ningún sentido, no sé como he llegado aquí. Pero son de esas cosas que van solas y no las puedes parar. 

¿Me he agobiado con los pipis y las cacas? SI

¿Me he agobiado muchísimo con sentir olor extraño en casa? SI

¿Me he agobiado de pensar que tengo una perra en la cocina? SI SI SI

Pero, ¿me tiene locamente enamorada? TAMBIEN. 

Me siento feliz porque estoy aprendiendo a convivir con ella. Me siento orgullosa de mí misma por aprender a querer a un animal, me siento feliz porque me gusta la idea de que mis niñas crezcan con este sentimiento y me siento contenta porque creo que nos convierte en mejores personas y mejor familia. Y esto son cosas que antes no las sentía.

He dejado de ser la oveja negra de la familia, ahora es ella. Y la quiero muchísimo.  




 

Comentarios

Entradas populares