Año de sustos
No, no ha sido un buen año, pero el post de “tren de mercancías” no va a ser el que lo despida.
Al 2018 le voy a llamar, el año de los sustos:
susto por mi madre, susto por el Toni, susto por mi hermano. Todos de salud. Y
de momento, solo sustos. Al 2019 solo le
pido eso: salud.
Pero el 2018 ha dejado cosas buenas, siempre
las hay.
· Ha sido un año donde Carla ha iniciado competiciones deportivas y
hemos disfrutado muchísimo de ello. Emoción, orgullo y alegrías. Ha sido muy
bonito y espero continuar viviéndolo. Nos encanta la idea de que le guste hacer
deporte, de que se esfuerce y ver sus progresos. Para mí es una ganadora nata.
· Cerré una negociación importante, y pude olvidar para siempre el
tormentoso asunto del piso. Liberada.
· Laboralmente también ha sido un buen año. Hemos avanzado, hemos
crecido, hemos facturado y he recuperado la energía y las ganas de venir a
trabajar.
· Hemos conseguido una rutina que nos ha permitido retomar el deporte
tanto a Toni como a mí, algo que teníamos abandonado desde que nos convertimos
en padres y que tanto bien nos hace.
· Aquí lo más importante: A sido un año estupendo para mis hijas. A
nivel personal, a nivel académico, a nivel social. Las veo crecer sanas y
evolucionar como toca, cada una a su estilo y manera, de forma adecuada y
correcta. Están sanas y son felices. Para una madre, poco más puede pedir a la
vida. ES MI UNICA PETICIÓN. Mi gratitud por ello es infinita y es lo único que
ruego se mantenga siempre.
Me gustaría recuperar las ganas de contar mis cosas,
seguro que la gran parte de veces podría escribir más de las que yo misma
imagino. Las infravaloro muchísimo. Puede que sea ese el único objetivo que me
marque este año.
Felices fiestas a quien me lea, mis mejores
deseos para el 2019 a todos.
Comentarios
Publicar un comentario