Rose

Ayer una walkinadora nos enseñó su moto, su primera moto. Se le ha roto el coche y como trabaja en una peluquería del centro, ha decidido que lo que realmente necesita es una moto. Y allí estaba, contentísima.

-         Ya he ido a la pelu y he vuelto. Iba muy nerviosa pero bien – contaba.
-         ¿Nunca has llevado moto? – Le pregunté.
-         De joven, pero muy poco. Se puede decir que casi no…. – me contestó.

Yo nunca de los nuncas he conducido una moto. Nunca. Ya habré contado que me ostié de pequeña con la bicicleta haciendo el ridículo más espantoso, y jamás volví a atreverme a subir a ella. Soy una cagada de la vida. Me doy cuenta, que soy muy ridícula. ¿Quién no se ha pegado una buena nata de pequeña con la bici? Todo crio que se aprecie ha tenido sus caídas…y sí, me caí bien, pero tampoco es normal que nunca más me atreviera a volver a subir a nada de dos ruedas.

Es más, cuando me fui a estudiar al instituto, mi padre me dijo que me pagaba la moto. Y no quise. Me iba en autobús como las niñas buenas (y miedicas). Recuerdo no formar parte del grupo de moteros que tenían sus vespas negras y azules la gran parte, aparcadas detrás del instituto. Yo subía andando desde la parada hasta arriba y las veía subir a todo gas por la cuestecita. Ni me lo planteé nunca.

Todos mis hermanos han tenido moto, los tres. Menos yo. Y ayer me dio mucha envidia de esa sana de mi amiga, porque reconocía que iba nerviosa pero oye, ahí estaba más feliz que una perdiz con su moto, hablando de la sensación de libertad que le provocaba y lo mucho que le gustaba.

Es verdad que mola mucho ir en moto. Las veces que he subido a una (que tampoco han sido muchas) las he disfrutado todo lo que mi miedo me ha dejado; he subido en moto con mis hermanos, con A. por Sevilla y alguna vuelta que me dio F. cuando se compró su Harley.  

Y anoche pensaba en lo que no he hecho por miedo y que probablemente no vaya a hacer ya. Suenan ridículas, pero es que el miedo es así la gran parte de veces: una tremenda ridiculez. Por suerte tampoco son tantas pero ahí están: nunca he conducido una moto, nunca he esquiado, y me dá miedo tirarme de cabeza al agua.

Dirás, pues venga, ¡adelante!, siempre hay tiempo a hacer algo que no has hecho, mira Rose de Titanic, subió en noria, montó a caballo y aprendió a escupir como un hombre…sí, es verdad….pero es que yo no soy Rose, yo me la miraba y sigo sin atreverme.

Que rabia de verdad.

Comentarios

Entradas populares