Mi primer parte
Elijo un día
guapo por volver a escribir………aún con lo que está pasando en el mundo, voy a
empezar por donde lo dejé.
Nunca he tenido
que rellenar ese papel que casi todos guardamos en la guantera del coche con el
seguro obligatorio, nunca he tenido un parte porque (gracias a Dios) nunca he
tenido un accidente de coche en 17 años.
Salía de
trabajar e iba a recoger a Carla a patinaje cuando tuve que frenar fuerte en
ese paso de peatones que han colocado nuevo en la Nacional, inmediatamente a la
salida de la rotonda, para no atropellar a un peatón que se lanzaba a cruzar. Y
estaba parada viéndole pasar, pensando en lo peligroso que era ese paso puesto así,
sin un semáforo que pare al tráfico, cuando “buummm”, me meten un leñazo por
detrás.
Me puse tan
nerviosa, golpearon tan fuerte, que hasta me mareé. El chico salió del coche “¡¡¡¿¿¿desde cuando hay aquí un paso de
peatones???!!!”………y yo no podía ni hablar del susto que me metí. ¿Estás bien? Me dijo……y yo le decía que
sí, pero no atiné a nada, solo a llamar y avisar que no llegaría a por
Carla…buscaba los papeles del seguro y no lo encontraba. Lo que allí había era
doscientos recibos caducados de distintas
compañías, nosecuantos libritos absurdos de mecánica y un montón de cosas
inútiles, podríamos decir que mierdas varias de esas que se acumulan en una
guantera sin saber muy bien para qué (llaveros rotos, bolis que no escriben,
cds rallados…) Llevaba el coche de Toni, motivo demás para no saber dónde
estaban las cosas.
Recuerdo me
dijo: “No te preocupes que yo estoy
acostumbrado a hacer partes, la semana pasada aboyé todo ese lateral” y el
chico muy agradable en todo momento se dedicó a rellenarlo todo mientras yo,
sentada en el asiento del copiloto aún, seguía buscando mis papeles mientras
todo me daba vueltas sin parar. Se portó genial, nada agresivo y muy
colaborador. Rellenó toda su parte y me hizo una perdida al móvil para que
cuando rellenara mis datos en casa, le llamara y vendría a firmarlo y a por su
copia.
Y así me fui para
mi casa completamente engarrotada. Al llegar, me dió la llorera. Soy así, de
llorar por nervios, por estrés, por desahogo y por todo. Soy cáncer. Con los
años he conseguido controlarme un poco y hacerlo cuando me quedo sola o cuando
menos gente me ve, algo es algo. Pensar en lo que hubiera sido llevar a las
niñas me derrumbó completamente.
He estado de
baja por un latigazo cervical que no se cura nunca y me tiene desesperada pidiendo
unas cervicales nuevas para navidad. Realmente lo he pasado y estoy pasándolo
mal, tengo días que son horribles, que no puedo mover el cuello cuando llega la
noche con la sensación de cargar con un saco a todas horas, es como si de
pronto hubiera perdido fuerza y elasticidad en el cuello. Tampoco ayuda el
momento en que esto me pasa porque con una niña de un año que pesa 13kilazos es
especialmente complicado mantener reposo y no coger peso ni hacer esfuerzos,
sin contar con los dolores de espalda que tenía desde que dí a luz por segunda
vez
Total, estoy
molida y sé por experiencia de cuando hace 20 años me caí por la escaleras y sufrí mi primer latigazo cervical que esto tardará en irse.
En este mes y
pico, han otras cosas. Judit ha cumplido su primer añito, ha comenzado a
caminar, hemos hecho las medio “paces” V y yo, he tenido bajones importantes
pero momentos de paz en medio de tanto desorden…… y ha llegado el frío.
Además de otra cruel guerra que no puedo dejar de mencionar hoy.
No aprendemos.
Qué mala suerte, espero que todo se vaya solucionando. yo tampoco he tenido nunca un accidente, imagino que tendrías un estado de nervios alucinante.
ResponderEliminarEspero que lo de las cervicales pase pronto. Besos.
Empiezo a pensar que las cervicales una vez te las lesionas, quedas escacharrao....que cosa más lenta...pero mejorando que es lo importante.
ResponderEliminarUn besazo!